Como en casa

Mi blog vio la luz, el día 18 de octubre de 2012... Y vuelve a renacer hoy 13 de febrero de 2023. Espero que cuando me visiten se sientan como en casa, con la confianza de opinar sobre cualquier post, artículo o reseña. Se aceptan comentarios, correcciones y críticas siempre que sean escritas con educación, espero alimentarme de ustedes y viceversa. Creo en el continuo aprendizaje... aprendamos juntos.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

REGALO DE NAVIDAD PARA TODOS

Feliz navidad, espero que hayan pasado una noche buena llena de alegría junto a vuestros seres queridos...

Que este año papá Noel haya repartido muchos regalos, pero sobre todo, mucho amor...

Yo quiero dejarles también mi regalo a todos los amantes de la lectura... por eso, hoy tienen disponible en Amazon y totalmente gratis mis dos pequeños libros de relatos...



      AMOR EN NAVIDAD:  SON 4 HISTORIAS CON EL AMOR Y LA NAVIDAD COMO FACTORES COMUNES...


 Les regalo un fragmento de una de las historias...

Caro, estaba sentada en la mesa del restaurante del hotel esperando su cena, cuando se le acercó un camarero.
      —Señorita, este cóctel es de parte de un admirador secreto.
      —Perdón, ¿de quién ha dicho? — dijo ella, emocionada.
      —Un caballero le invita esta copa y le envía esta nota —con manos temblorosas tomó la nota y la leyó:

      Me gustaría recorrer mis manos por todo tu cuerpo, ver como se excitan tus pezones, pasar mi lengua por cada uno de esos duros botones y morderlos hasta hacerte suplicar por más…

      No podía creer lo que estaba leyendo. Solo con leerlo sus pezones se habían puesto duros, y su vagina se estaba humedeciendo. «Pero, ¿quién le había mandado esa nota tan atrevida?»


COMO SOBREVIVIR A UN JEFE ASQUEROSO: UN CORTO MUY SIMPÁTICO, DONDE NO HAY AMOR... PERO SI MUCHA RISA, Y SOBRE TODO, QUE ES TODO VERÍDICO...


Lean esto y imaginen lo que se encontrarán... lo único que no les gustará es que es muy corto...

—Sr. Martín, ¿esos son unos calzoncillos? 
—Sí, son mis calzoncillos, he tenido una pequeña fuga y tuve que quitármelos y lavarlos, los he dejado ahí para que se sequen. 


Ya solo me resta, desearles una feliz navidad... que todo lo bueno les rodeé siempre.




domingo, 22 de diciembre de 2013

DESDE EL AMANECER, LIBRO PRIMERO de D.w. Nichols

Las que me conocen saben que no me atrae el género paranormal, he sido muy reticente en leerlo porque la sangre, los vampiros y demás, no me llaman la atención. Pero como ávida lectora me gusta conocer todos los géneros, y más aún de la novela romántica; por esa razón, no podía dejar eternamente esta variedad a la espera.
En su día leí uno que iba sobre ángeles, de la escritora Nalini Singh, el cual me gusto a pesar de ser un género nuevo para mí paladar, debo resaltar que la escritora fue toda una sorpresa para mí.
Pero hablando de sorpresa, esa es la que me he encontrado en este libro, para iniciarme en historias de vampiros, creo que es el mejor que podría haber elegido. Porque a través de Akeru, su protagonista, voy descubriendo el mundo de la inmortalidad, del vampirismo según la escritora, y me voy adentrando en las historias que envuelven a sus personajes.
Los protagonistas principales están llenos de matices, y nos irán sorprendiendo a lo largo de la novela, en esta primera parte, conoceremos como una mortal decide ser vampiro, y a través de su vivencia nos iremos introduciendo en la oscuridad que envuelve a esos seres eternos.
Y entonces, empezarán a desvelarse misterios, pero al mismo tiempo se tejerán intrigas. Akeru y Kurayami se encontrarán y entre ellos surgirá un amor intenso, pero la maldad también estará acechando.
Personalmente debo decir que la historia me ha gustado, la forma en la que está escrita, y como la escritora nos va desvelando ese mundo paralelo al del hombre, lleno de sombras y hastío. Debo confesar que estoy conmovida con el personaje de Kurayami, un hombre que guarda mucho dolor en su interior.
Conociendo a sus personajes y sus vidas, te preguntarás… ¿De verdad me gustaría ser inmortal?
La historia no ha hecho más que empezar… así que, a por el libro segundo.



domingo, 15 de diciembre de 2013

¿NOS VAMOS DE MARCHA...? PERO... ¡QUE MARCHA!



Llegó el fin de semana, María había quedado con sus amigas para irse a mover el esqueleto a la disco Larios de Madrid; Valeria y Paula pasarían a recogerla en una hora. Mientras, ella miraba su armario con horror, siempre le pasaba lo mismo, cuando tenía que salir no sabía que mierda ponerse.
Al final se decidió por una minifalda negra, medias y ligueros; porque estos eran más prácticos para ir a los servicios que las pantis completas, las cuales eran más incomodas, además, con las medias con ligueros ella se sentía más sexy, y bueno, nunca se sabía dónde podía aparecer el macho man en cuestión. Acompañaba la minifalda, una camiseta verde esmeralda bien ajustada, marcando pechos, que hay que lucir lo que se tiene, pensaba María. Para rematar una botas altas de fóllame, y lista para reventar la pista de baile.
Una vez maquillada, y con el pelo alborotado, recogió su abrigo y se sentó a esperar a las locas, aprovechó para mandarles un whatsApp:
María: «Por donde andan locas, estoy ready y con ganas de marcha»
Valeria: «Sal que estamos llegando… ¡marcha, marcha, marcha…!»

María salió y las esperó en la calle, al momento apareció en la distancia el coche de Paula, paró y ella entró al coche, enseguida empezaron a hablar, contándose sus batallas de la semana mientras se dirigían a la disco. Las tres tenían ganas de menear el esqueleto, ¡marcha!, ¡marcha!, ¡marcha!
―¡Chicas estoy que me salgo, necesito soltar adrenalina!, ja,ja,ja,ja,ja,ja ―exclamó riendo María.
―¡Oraleee nena, a quemar esa pista! ―gritó Paula.
―¡A quemar y quemarnos! ―sentenció Valeria.
Las carcajadas de las tres inundaban el coche que se dirigía hacia la disco. María sentía que la noche iba a ser lo más de lo más; amanecer de música, baile y diversión. Cantando y riendo llegaron a la Disco Café Larios, entraron y el ambiente estaba a tope, para entrar en calor pidieron unas copas en la barra y se sentaron a beber, no perdían detalle de todo lo que las rodeaba, la decoración moderna y acogedora creaba un ambiente agradable.
Terminadas las copas y con ganas de mover el cuerpo, las tres se dirigieron a la planta baja, ahí les esperaba una pista llena de movimiento y música, donde los Dj los hacían vibrar.
Las chicas se ubicaron en un lugar estratégico para no perderse detalle, la noche prometía; desfilaban antes sus ojos cuerpos macizos que literalmente las hacían babear.
De pronto María se quedó sin respiración, en la escalera estaba un cuatro por cuatro, ¡Dios mío!, pensó mientras examinaba de arriba abajo a ese espécimen del sexo opuesto. Lo tenía todo en su sitio, ni le sobraba, ni le faltaba nada.
―¡Chicas! Miren hacia la escalera, estoy con taquicardia, pero ¡Qué hombre!
―¿Dónde? ―preguntaron las dos a la vez.
―En la escalera… es el seguridad de la disco. ¡Hummm, está para chuparse los dedos!
―¡Mare, mare, mare!, macizo, macizo ―exclamó Paula con los ojos abiertos.
Valeria estaba muda, comiéndoselo con los ojos, pero es que no era para menos.
―Estoy por hacer algo solo para que se acerque, aunque sea para llamarme la atención… ―susurró María a sus amigas.
―Bajemos de la nube chicas, ese tío no se fijaría en nosotras ni en sueños. Además esta currando por lo tanto, nada de ligoteo ―comentó Valeria.
―Sí, una verdadera lástima ―afirmó María.
Las tres siguieron admirando al susodicho, y aunque ellas pensaban que no había notado su presencia, estaban muy equivocadas. Como buen profesional de lo suyo, Eduardo sabia disimular sin perderse detalle de lo que le interesaba, y la chica de las botas de fóllame, había llamado su atención. Lástima que estaba trabajando, porque si no, estaría trabajando, pero otra cosa.
La noche seguía su ritmo, cada vez más y más caliente, la música no paraba y los cuerpos al ritmo se movían, unos más alegres que otros, pero todos con ganas de vivir el momento.
María se notaba medio alegre, debería moderar los vodkas limón que se estaba tomando, pero es que la noche lo merecía; además de pasarlo en grande, se recreaba la vista con ese pedazo de hombre. Mientras hacia la cola para ir al servicio, recordaba al espécimen detalladamente. Alto, con la cabeza rapada, mandíbula fuerte, masculina, ese pectoral escondido bajo el traje de corbata que le sentaba como un guante, marcando a la perfección ese cuerpo esculpido para el pecado. Esa boca que invitaba al vicio y esas manos fuertes, de dedos largos. Solo le faltaba examinar lo bien que le sentaban los pantalones a esas nalgas, las cuales se imaginaba prietas y apetitosas, para darles un buen mordisco. Le recordaba mucho al actor Vin Diesel, que estaba para moja pan.
Despertó de su ensoñación cuando alguien la empujo sin querer, ya estaba llegando su turno y solo podía pensar en follarse a ese bombón.
¿Dónde se había metido esa mujer?, se preguntaba buscándola con la mirada, tenia localizadas a sus amigas, pero de ella ni rastro. Por lo tanto el único sitio al que podría haber ido era al servicio, porque para salir de la disco tenía que pasar por su lado, no había otra salida.
Estaba deseando que dieran las tres de la mañana, a esa hora acababa su turno y podría entrar en acción, solo esperaba que no decidieran marcharse, si no, tendría que hacer algo.
María regresó junto a las chicas, estas estaban bailando y riendo sin parar, al final las tres estaban achispadas. Con disimulo giró para ver si su macizo seguía en la escalera, vigilante del orden, pero se llevó una sorpresa, el buenorro no estaba.
―¡¿Chicas donde está el adonis?! ―preguntó histérica.
―Caminando hacia aquí, no te des la vuelta ―susurró Valeria cerca de María.
―¡¡Qué!!, ¿cómo que hacia aquí? ―cuestionó en voz baja.
―Buenas noches chicas, estos abrigos son vuestros ―dijo una voz profunda detrás de María.
Esta se quedó paralizada al ver las caras de Paula y Valeria, muy despacio se dio la vuelta y allí estaba el adonis cuatro por cuatro, de cerca, era aún más impresionante.
―Son nuestros, ¿Algún problema? ―dijo María con atrevimiento, no sabía si por efecto del alcohol pero se sintió desinhibida.
―Por que no pueden dejarlos en la mesa, guapa ―contestó mirándola fijamente a los ojos.
María sintió esa mirada desnudándola, mientras ella se humedecía toda. Ese hombre era una bomba de testosterona andante, y ella tenía ganas de hincarle el diente.
―¡Oh!, lo sentimos, pero ¿dónde podemos dejarlos? No pretenderás que movamos el cuerpo con el abrigo puesto, ¿verdad? ―soltó
Paula y Valeria los miraban sin perder detalle, ese pulso que estaban jugando se ponía interesante momento a momento. Eduardo sonreía para sí, era toda una gatita con las uñas afiladas.
―Si me acompañan les puedo enseñar donde dejar sus abrigos ―explicó.
―María creo que no hace falta, son las dos y media, deberíamos pensar en marcharnos —dijo Valeria.
María se giró hacia sus compañeras y les clavó una mirada que decía, ¡Ni locas nos vamos ahora!
—Pero que prisas tienen, si la noche es joven, y el ambiente está cada vez mejor —habló disimuladamente, mientras les decía otra cosa con la mirada.
—Vale, nos quedamos un rato más. Mañana es domingo y no hay que madrugar —comentó Paula que se había mantenido muda desde que el macizo se había acercado.
—¡Perfecto! Y ahora, ¿nos dices donde podemos dejar los abrigos? —Lo miró descaradamente.
—Acompáñenme que les indico donde.
—María, ve tú, nostras vamos a por otra copa —la empujó Valeria.
Sin detenerse lo siguió y mientras caminaba detrás de él, admiraba su esplendido trasero, que como se lo había imaginado se veía prieto y apetitoso. Eduardo sentía la mirada de la gatita y estaba conteniéndose para no cogerla allí mismo y arrastrarla a un lugar más privado. Menos mal que su amiga aceptó quedarse más tiempo, él no podía hacer nada mientras durara su turno. Bueno, casi nada.
Abrió una especie de armario y le dijo que podía colgar los abrigos allí, que nadie los tocaría, María se dio cuenta que ese lugar era sólo para el personal, y se sorprendió por el detalle, si no fuera porque estaba trabajando se le lanzaba directo a su yugular. Mientras colgaba los abrigos sintió que él se le acercaba por detrás, se quedó quieta y sin respirar, él pegó su cuerpo al de ella, y respiró sobre su oído, haciéndola temblar.
—Gatita espero que no te marches, dentro de poco habré terminado mi turno —susurró en su oído, y a continuación, le lamió el lóbulo de la oreja.
Literalmente María se sintió derretir, tuvo que contenerse para no girarse y lanzarse sobre ese hombre. No se podía creer que de verdad le hubiese comido la oreja. Pero lo sintió apretarse más contra ella, y esa enorme erección rozándole el trasero.
—Será mejor que volvamos, tu olor me está volviendo loco y no debo perder el control.
Se separó de ella y volvieron hacia la pista de baile, María sentía como si hubieran pasado mil horas, pero solo habían transcurrido unos minutos, eso sí, muy intensos. Mientras caminaba a su lado, ella notaba su sexo húmedo y resbaladizo.
Justo antes de llegar junto a sus amigas, él se detuvo y le preguntó su nombre.
—Me llamo María ¿Y tú?
—Eduardo, gatita. Sigue bailando, pero no te canses que luego vendrá la marcha de verdad.
Inspiró fuerte y asintió con la cabeza, ese hombre la dejaba sin habla. Se fue hacia el rincón donde estaban las chicas, ambas la miraban expectantes.
—¡Joder, joder, joder pero como esta ese hombre! —soltó Paula nada más verla.
—¿Qué te dijo María? —preguntó Valeria.
—Que terminaba su turno en media hora, y que no me canse, que luego vendrá la marcha —habló como una autómata.
—¡¡¡Qué!!! —gritaron Paula y Valeria.
María que aún seguía aturdida por todo lo que había pasado, pareció no escucharlas. Valeria la cogió de un brazo, y la zarandeo para que reaccionara.
—¡Joder cuéntanos todo!, ¿cómo se llama?, ¿qué más te dijo?, por Dios, por Dios, que me está dando… —insistió atacada.
—Estoy alucinando chicas, ese pedazo de hombre se me insinuó en el cuarto vestidor, al que me llevó a dejar los abrigos… me llamó gatita, me dijo que no me marchara y… —tembló recordando.
—¡Y qué! —exclamó Paula ansiosa.
—Me lamió el lóbulo de la oreja.
—¡¡¡Ah!!! Madre, madre… ¡que calor! —expresó Valeria mientras se abanicaba.
—Chicas donde esta ese trago, lo necesito.
María se tomó la copa lentamente, intentaba calmarse, aun sentía el aliento caliente y la humedad de esa lengua en su oreja. Quien iba a decirle que un hombre como ese se fijaría en ella.
—¿Todavía no nos has dicho como se llama? —preguntó Paula
—Eduardo.
—Nena has triunfado, menudo hombre te has ligado —soltó Valeria picarona.
—Es que no me lo creo, definitivamente estoy soñando. —Miraba hacia las escaleras donde estaba él—. Ese adonis no puede haberse fijado en mi ¿verdad? —preguntó a nadie en concreto.
—Tú no me seas tonta, aprovecha todo lo que ese pedazo de semental quiera darte… ¡Auuu! —Paula aullaba como una loba.
—Saben que estamos de psiquiátrico total, ¿verdad? —dijo María riéndose ya más relajada.
La música subió en intensidad, eran las tres de la mañana y cada vez quedaba menos gente, las chicas estaban bailando con dos guaperas que las habían sacado a la pista, María no perdía movimiento de Eduardo y él no dejaba de mirarla a pesar de estar controlando todo el recinto. Se terminó la copa y decidió ir al servicio mientras Valeria y Paula seguían bailando desatadas.
Ya no había colas, apenas quedaba gente, de hecho, ellas ya deberían haberse marchado, pero no se que esperaban en realidad, ese hombre tenía un trabajo que hacer.
Mirándose al espejo empezó a refrescarse el cuello con agua, estaba sudorosa por tanto bailar, su piel caliente, le ardía. De pronto sintió dos manos fuertes sujetarla por la cintura y girarla bruscamente, al mismo tiempo que una boca invasora se tragaba la suya, fue tal la intensidad que María abrió su boca en busca de aire, y se encontró con la lengua caliente de Eduardo penetrando en ella. Era como si un huracán la estuviera arrasando, la empujó contra la pared y se pegó a ella, clavando su cuerpo contra el de suyo. Pasado el impacto, María se aferró fuerte a su cuello y empezaron a besarse como posesos, el descontrol de la pasión lo invadió.
Eduardo llevaba toda la noche con la polla dura, deseando penetrarla fuerte y no podía contenerse más. Sin dejar de comérsela a besos, empezó a acariciarle los pechos con ambas manos, ella seguía agarrada a él, no lo soltaba, metió las manos por dentro de la chaqueta y se la quito dejándola caer por sus brazos, lo abrazaba, lo acariciaba, le clavaba las uñas como una gata y eso lo enardecía más. Los pantalones le iban a reventar de lo dura que la tenía.
Se tocaban desesperados por sentirse, él alzó la camiseta que llevaba y se la quitó por encima de la cabeza, separándose así sus bocas unos segundos que sirvieron para que cogieran aire, después volvieron a buscarse hambrientas, se besaban, lamian, saboreaban, era lujuria salvaje. Eduardo le pellizcaba los pezones a través del sujetador, ella gemía y se retorcía pegándose más a su dura erección, clavándole las uñas a través de la camisa.
Él le bajó los tirantes del sujetador para liberar sus tetas, y agachó la cabeza para meterse un pezón en la boca, María inspiró fuerte, jadeaba, estaba empapada de deseo por ese hombre, era como un tren de mercancías arrasando con ella. Eduardo lamía, mordía y succionaba de un pecho a otro, Los pezones estaba rojos y húmedos por su boca codiciosa. Ella desesperada por sentirlo en su piel, empezó a desabrocharle la camisa, estaban tan fuera de control que habían olvidado que se encontraban en un servicio público.
Consiguió desabrocharle la camisa y sacarla de dentro de los pantalones, acarició ese pecho amplio y fuerte, le paso las uñas por las tetas y esos pequeños pezones, haciéndolo gruñir de placer, Eduardo se arrodilló, y le subió la minifalda hasta las caderas, admiró el liguero tan sexy que llevaba debajo y acercó su nariz a su entrepierna, se hundió en ella absorbiendo ese olor afrodisiaco, estaba tan excitado que le arrancó las bragas tirando de las tiras de los lados, y expuso así ante sus ojos ese hermoso coño, con las manos le abrió los muslos y a continuación hundió su lengua en ese calor húmedo. Como un sediento empezó a beber de ella, lamiendo y succionando mientras María lo agarraba de la cabeza y gemía pidiendo más.
Valeria y Paula no encontraban a María por ninguna parte, cada vez quedaba menos gente en la disco; preguntaron a un empleado dónde estaba el vestidor del personal para recoger los abrigos y buscar a su amiga que seguramente estaba en el servicio. Una vez en su poder, se dirigieron a buscarla, abrieron la puerta y se quedaron petrificadas ante la imagen que tenían ante sus ojos. Paralizadas no se movieron de donde estaban, fascinadas y excitadas al mismo tiempo con lo que presenciaban.
María sentía que las piernas le temblaban, se caería en cualquier momento, era tanto el placer que estaba experimentando que sabía que le quedaba poco para correrse, Eduardo tenía una lengua mortal, ella deseaba sentirlo dentro, y le pidió que la follara. Loco de deseo se levantó y volvió a besarla compartiendo con ella su propio sabor, María intentaba con torpeza abrirle la bragueta del pantalón, cuando al fin lo consiguió, metió la mano dentro del bóxer y sacó su polla caliente y durísima a la libertad, era tan suave y dura al mismo tiempo. Empezó a acariciarla, adelante y atrás, suave pero con presión. Sus pechos desnudos se encontraron haciéndolos gemir a ambos.
Eduardo ya no podía aguantar más, sacó un preservativo del bolsillo de su pantalón, lo rasgó y separándose de ella unos milímetros se lo colocó sin que María dejara de mirar su pene empalmado, era grande y grueso, potente como todo él. Una vez colocado Eduardo la tomó por las nalgas y pegándola más a la pared la impulsó hacia arriba, entró de una sola embestida haciéndola gritar y aferrarse a él abrazándolo con brazos y piernas, así como un caballo desbocado él empezó a moverse con un ritmo frenético, estaban demasiado excitados, sentían que pronto llegarían al éxtasis y él quería que llegaran juntos.
María gemía, mordía, arañaba y se movía al mismo ritmo desatado de él, era un polvo voraz, potente, agudo. A un ritmo fuerte las envestidas se sucedían una tras otra, Eduardo le susurraba, lo mucho que la deseaba, que lo había tenido toda la noche empalmado, que solo pensaba en follarla una y otra vez hasta caer agotados, y todas esas palabras, unidas al placer de sentir su polla hundirse dentro de ella una y otra vez, la llevaron a lo más alto, para luego hacerla caer en picado, mientras gritaba su nombre. Él con dos fuertes embestidas más, la siguió gritando y gimiendo como si de un padecimiento se tratara.
Fundidos  y enredados, se quedaron quietos y sin moverse, intentando que el aire entrar en sus pulmones, estaban extenuados pero satisfechos. Poco a poco María desenredo las piernas de la cintura de él y las bajo hasta pisar el suelo con las suelas de sus botas. Aturdidos por la intensidad del momento se separaron y Eduardo le dio un pequeño beso, la ayudó a vestirse, ambos estaban en silencio.
—Perdona mi arrebato gatita, pero ya no podía esperar, te deseaba como un salvaje y como tal me comporte —dijo mientras se quitaba el preservativo y se recomponía.
—No tengo nada que perdonarte, ha sido el polvo más salvaje y fantástico que he tenido, por lo tanto no hay reproches —dijo María guiñándole un ojo.
Eduardo se le acercó sonriente y le dio un beso profundo y a la vez dulce.
—¿Quieres seguir la marcha en mi casa gatita?
—Donde quieras tigre —contestó excitada otra vez.
—¿Y tus amigas?
―¡Joder mis amigas, deben estar preocupadas!, ven vamos a buscarlas.
Salieron agarrados de la mano y se encontraron de frente a dos mujeres bastante sofocadas.
―¿Estáis bien chicas? ―preguntó María extrañada.
Las dos sin poder hablar asintieron con la cabeza, lo que acababan de ver había sido de lo más morboso que jamás se imaginaron. Menudo empalamiento le había dado ese macizo a María, y ellas disfrutando de ese culo en todo su esplendor y esos movimientos de pelvis entrando y saliendo, solo de recordarlo se mojaban otra vez, estaban empapadas y con ganas de buscar alivio inmediato.
―Me voy con Eduardo, vamos a seguir con la marcha en privado. ―Les guiñó un ojo pícaramente―. Mañana os cuento todo ―susurró acercándose a ellas.
María les dio un beso y un abrazo, y se fue de la mano del adonis que se había ligado. Valeria y Paula entraron en el servicio para refrescarse un poco con agua, se miraron a los ojos a través del espejo y sonrieron.
―¡Joder con la marcha de esta noche! ―dijo Paula.
―Ni que lo digas, aun estoy hiperventilando, y ella nos dice que mañana nos contara todo ―comentó irónicamente Valeria.
―No me pierdo la cara de María, cuando le contemos nosotras todo lo que presenciamos ―señaló Paula.
―Oh si, esa cara será para inmortalizarla. ―Rió Valeria.
―Por cierto Val, me parece que vamos a tener que salir más a menudo de marcha, ¿no crees?
―Si Paula, eso creo, porque, ¡menuda marcha!
Las dos salieron de la discoteca Larios muertas de risa, pensando en la marcha que se estaba echando para el cuerpo su amiga María en esos momentos.















MI LIBRO DE RELATOS ERÓTICOS... YA DISPONIBLE EN AMAZON

¿Quién no ha tenido alguna fantasía secreta? 
En estos relatos, viviremos junto a sus protagonistas muchas de las fantasías sexuales que hemos tenido y quizás vivido en algún momento. Cada capítulo es una demostración de que mientras sea consensuado, todo está permitido en el sexo; de que la confianza es algo fundamental en una relación... y que la imaginación debe estar siempre presente. 

De una manera directa y muy explicita, seremos espectadores de la pasión intensa que une a Charles y Elisa, veremos que el sexo es sano, divertido y apasionado. 

Entre los personajes no existe nada tabú, porque buscan disfrutar, experimentar y vivir plenamente su sexualidad. 

Charles y Elisa quieren que entendamos que la monotonía es la peor enfermedad que puede sufrir una pareja; y que, la pasión hay que alimentarla al igual que el amor. 

En definitiva... introducir un poco de locura unido a mucha imaginación hace la diferencia... Así que... ¿Nos adentramos en su universo?



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jueves, 5 de diciembre de 2013

ROMÁNTICAS AL HORIZONTE... HABLANDO DE MI LIBRO


   Hola a todos y todas, hoy estoy feliz... y eso se lo debo a Ana María Benítez; que me ofreció la oportunidad de hablar de mi libro de relatos eróticos, y gracias a ello, hoy estoy en el gran Jardin de escritores que tiene la web de habla hispana, dedicada a la novela romántica en todos sus géneros.

   No solo hablan de las grandes escritoras de novela romántica, si no también, promocionan a las escritoras noveles, o como me suelo llamar a mi misma, aprendiz de escritora. También encontrarán interesantes propuestas y toda la información actualizada sobre las últimas novedades y lo que vendrá.

  Les dejo el enlace... pasen y lean como surgió un libro de fantasías sexuales, de unas tertulias en facebook .

   De nuevo gracias a Románticas por esta oportunidad, para mi todo un lujo.