¿Qué harías por recuperar al amor de tu vida?
―¡Mierda, mierda, mierda!, soy
un imbécil, un gilipollas, y ahora ¿Qué haré? ―gritó para sí Manuel, mientras
se sentaba en su despacho.
―Tío, Manuel, pero que son
esos gritos… se te escucha hasta en la calle. ¿Se puede saber qué te pasa?
―preguntó su amigo y socio Raúl.
―Pasa; que la cague hermano,
eso pasa.
―¿De qué hablas? ¿Explícate?
―Sonia me ha mandando a la
mierda, he intentado ya dos veces que me perdone, pero nada, no quiere
escucharme y ninguno de los acercamientos que busque han servido ―explicó
frustrado.
―¡Joder! Ya habrá sido buena
la que hiciste para que Sonia te haya dado la patada.
―Sí que fue buena, una buena
cagada. Pero lo peor es que yo no tuve la culpa, y ella no me cree.
―Explícate.
―La zorra de su compañera de
piso, aunque ahora es su ex - compañera, me pillo desprevenido. Acababa de
llegar a buscar a mí chica, y justo cuando vio entrar a Sonia se abalanzó sobre
mí y me comió la boca. Cuando reaccioné y la aparté de un empujón, ya se había
liado la gorda.
―La buscona esa, Victoria se
llama, ¿verdad?
―Sí, esa. Lo que me cabrea,
es que yo le advertí a Sonia, que esa tía estaba siempre revoloteándome cuando
ella no estaba cerca. Pero no me creyó y eso jode, jode mucho.
―Una gran cagada hermano. ¿Y
cuáles son esas dos cosas que has intentando y han fracasado?
―Esperé dos días a que se le
pasara el cabreo y le mande un ramo de rosas y una nota de disculpa. Me llamó,
me insultó y me dijo que el ramo estaba decorando su papelera, y que con la
nota se limpiaría el culo.
―¡Joder con la Sonia!
―Ya te digo Raúl, mi
mujercita es de armas tomar, pero eso me gusta de ella, que no se calla ni bajo
el agua.
―Y el segundo intento… ¿Habrás
sido más original, no?
―Pues la imaginación no es
lo mío, pero lo intenté. Esperé cinco días, y le mande un DVD en donde le
explicaba lo que había ocurrido, le pedía perdón y le decía que la quería.
―Fue muy original… ¿Ella que
hizo?
―Devolvérmelo quemado, y con
una nota llamándome capullo.
―Lo llevas claro Manu, es
dura de pelar.
―Lo sé, pero no voy a
desistir… la quiero Raúl, es la mujer de mi vida.
―¿Y en qué has pensado?
―En la televisión, me voy a
disculpar delante de toda España y le voy a pedir que se case conmigo.
Con los ojos abiertos, Raúl
miraba a su amigo.
―¡Ostias! Si con eso no cae
rendida a tus pies, no sé con qué lo hará.
―Tengo fe hermano… como
dicen, a la tercera va la vencida.
―Eso no me lo pierdo.
―No te lo vas a perder,
estarás entre el público al igual que Sonia.
―¡Mierda! ¿A qué programa
piensas ir?
―Al Diario de Patricia.
―Tú estás definitivamente
loco, ¿cómo harás para que vaya?
―Les llegarán invitaciones a
todos empleados en la oficina donde trabaja Sonia. Ya hablé con su jefe y me va
a echar un cable, el muy cabrón se descojono y me dijo que no se lo perdía por
nada ―contó Manuel con el ceño fruncido.
―Manu, como has dicho… a la
tercera va la vencida.
El
Diario de Patricia, una semana después…
El programa estaba en el
descanso, Manuel se encontraba en uno de los camerinos, sabía que a la vuelta
de publicidad sería su turno. Uno de los asistentes le había confirmado que su
novia estaba entre el público, aunque él ya lo sabía, porque Raúl le mandó un sms justo antes de que le pidieran que
apagara el móvil.
―Hola Manuel, encantada de
conocerte ―dijo la presentadora entrando en el camerino.
―Hola Patricia, igualmente
―saludó dándole dos besos.
―Te veo nervioso, intenta
relajarte. De mi parte, te deseo lo mejor. Acompáñame a la salita donde
escucharás y verás todo lo que esté ocurriendo en plató. Cuando te llame,
sales.
En
el plató del programa…
La presentadora miró a la
cámara y habló del siguiente tema de la tarde:
―¿Pueden los celos crear un
malentendido que te haga perder al amor de tu vida? ¿Las apariencias engañan y
lo que al principio crees que has visto no es tal?
Sonia escuchó las preguntas
y se sintió identificada con el tema.
―Esta tarde, como podrán ver
los telespectadores, tenemos una gran variedad de público… quiero hacerles una
pregunta a algunos de los que nos acompañan ―habló Patricia.
La presentadora hizo algunas
preguntas a varios del público hasta que llegó a Sonia.
―Hola, ¿qué opinas del
programa? ¿Crees que puede ayudar a quienes vienen aquí?
―Creo que sólo por el hecho
de venir y abrir su corazón ante todos, ya tiene su valor. ―Sonrió nerviosa―. Me
gusta mucho tu programa y te agradezco la invitación.
―De nada Sonia… y ahora dime
¿Qué pensarías si te dijera que tengo un mensaje para ti?
Sonia se quedó blanca, no
podía articular palabra, su corazón se disparó a mil por hora.
―¡Lo mato, yo lo mato! ―exclamó nerviosa.
―Antes de matarlo, ¿por qué
no lo escuchas? Por favor, acompáñame. ―Sonia siguió a Patricia y se sentó en
uno de los sillones frente al público―. Mira esa pantalla y escucha el mensaje ―indicó
Patricia.
La presentadora miró a la
cámara y dijo:
―Manuel, puedes hablar.
―Sonia, estoy tan
desesperado, que esto fue lo que se me ocurrió para que me escucharas. Yo no
hice nada, te amo, eres la mujer de mi vida y quiero pedirte delante de toda
España... que te cases conmigo. ¿De verdad crees que te traicionaría de esa
manera?
Las lágrimas corrían por los
ojos de Sonia al escuchar a Manuel, «sólo un loco enamorado haría algo así»,
pensaba entre sollozos. De pronto, lo vio aparecer; no había escuchado cuando
Patricia le dijo que entrara en plató, estaba aturdida, todo lo que estaba
ocurriendo le parecía un sueño.
El público se quedó en
silencio, nadie se movía, todos miraban a Sonia. Ella, aún llorando, se levantó
y corrió a los brazos de Manuel. Se abrazaron y delante de toda España se
besaron.
Los espectadores irrumpieron
en aplausos y vítores, mientras ambos se besaban. Manuel entre beso y beso, le
pedía perdón y le decía que la amaba. La presentadora se acercó a ellos, e
interrumpió el abrazo.
―Pareja, les agradecería que
se sentarán, por favor ―pidió.
Agarrados de la mano, Sonia
y Manuel se sentaron mirando a las personas del público que les sonreían. Raúl
no hacía más que sacar fotos para inmortalizar el momento.
Patricia los miró y les
comentó:
―Estoy muy satisfecha con la
reacción de Sonia a las palabras de Manuel, no es habitual que ocurra esto en
la primera intervención, lo que me lleva a preguntar ¿Sonia, que te conmovió de
lo que dijo Manuel?
―En realidad todo, el simple
hecho de haber venido a la televisión y pedirme perdón, además de declararse…
es una demostración palpable de lo que significo para él… y bueno, ―lo miró
apenada―, imagino que mis anteriores desplantes a su intento de arreglar las
cosas, lo llevaron a tomar una decisión más drástica.
―¿Quiere decir, que ya había
intentado la reconciliación?
―Sí, pero yo lo mandé a
paseo ―contestó bastante comedida.
―Respetando la petición de
Manuel, de no explicar con detalle la raíz del problema que te hizo enfadarte
con él. ¿Por qué no le creíste cuando te dijo que no fue culpa suya?
―Los celos y el dolor me
obcecaron, esa es la realidad ―respondió Sonia mirando a Manuel a los ojos.
Alguien le habló a Patricia
por el pinganillo, interrumpiendo su conversación con Sonia y Manuel.
―Disculpen, nos dicen que
hay una llamada importante que quiere entrar en directo. Buenas tardes,
¿dígame? ―habló Patricia.
―Hola, soy Victoria… quiero
decir públicamente que es cierto lo que dijo Manuel, fui yo la que me lance a
besarlo cuando vi llegar a Sonia, lo quería para mí y lo hice en un impulso. Me
arrepiento y les pido perdón a los dos. ―El silencio invadió el lugar―. Sonia,
tía, no lo pierdas.
Al cortarse la llamada, todo
el público aplaudió mientras Sonia y Manuel volvían a besarse.
―Para terminar, Manuel,
¿quieres decir algo?
―Sólo que… ―Se giró hacía
Sonia―, todavía no has contestado a mi declaración, así que vuelvo a
repetírtela. ¿Te quieres casar conmigo?
―Antes de contestarte,
quiero pedirte perdón por no escucharte, y además, decirte que te quiero un
hue… ¡Uy perdón! ―Los asistentes estallaron en carcajadas―, que te quiero
mucho.
Ambos se levantaron de sus
asientos y se miraron divertidos, Sonia rodeó el cuello de Manuel con sus
brazos y le susurró:
―Si quiero.
Él la besó profundamente,
mientras la presentadora se despedía de su audiencia hasta el próximo programa,
hablando de la fuerza del amor verdadero.