Como en casa

Mi blog vio la luz, el día 18 de octubre de 2012... Y vuelve a renacer hoy 13 de febrero de 2023. Espero que cuando me visiten se sientan como en casa, con la confianza de opinar sobre cualquier post, artículo o reseña. Se aceptan comentarios, correcciones y críticas siempre que sean escritas con educación, espero alimentarme de ustedes y viceversa. Creo en el continuo aprendizaje... aprendamos juntos.

domingo, 27 de octubre de 2013

MI LOBO PARTICULAR... Relato para Halloween



Miriam llegó a la oficina y se encontró todo decorado con pequeñas calabazas, brujitas colgadas, fantasmas y demás adornos típicos de Halloween. Ella sonrió ante todo ese despliegue, no era muy dada a esas fiestas, pero participaba por sus compañeros de trabajo. Mañana por la noche habían organizado una fiesta de disfraces, al principio se había negado pero ante la insistencia de la mayoría no le quedó más remedio que aceptar.
—Miri, buenos días, estábamos hablando de los disfraces de mañana, ¿de qué vas a ir tú? —preguntó su compañera Carla.
—De diabla.
—Una buena elección —contestó tras ella su jefe, asustándola por su cercanía.
Miriam se giró y lo observó de cerca, era un  hombre impresionante, alto, atlético, con el cabello un poco largo, no mucho, apenas llegaba a rozarle el cuello. La barba de tres o cuatro días que siempre lucía y una mirada fiera, parecía un lobo encerrado en el cuerpo de un hombre.
—¿Una buena elección?, ¿me estás llamando diablo? —insinuó sería.
—No, lo estoy afirmando —replicó sin dejar de mirarla fijamente.
Desde que trabajaba con Jaime siempre había sentido una especie de antagonismo entre ambos, y aunque era su jefe ella no se cortaba a la hora de replicarle, le daba igual si se cabreaba, que la despidiera si tenía huevos, pensaba Miriam con rabia. Era la más veterana de la asesoría y no pensaba permitir que ese capullo engreído y prepotente se divirtiera a costa de ella por muy bueno que estuviera.
—Mejor te guardas tus opiniones si no quieres que mi parte diabólica salga a relucir, jefe.
—No me asustas, Miri —contestó ardiendo de furia.
Jaime no soportaba cuando ella le llamaba jefe con ese rin tintín, a veces tenía ganas de colgársela al hombro cual hombre de las cavernas y llevársela para darle unas buenas nalgadas por su impertinencia. No sabía que le pasaba con esa mujer, pero lo sacaba de sus casillas con una facilidad pasmosa.
—Bueno chicas, yo me voy a mi mesa a trabajar, no vaya a ser que el jefe se ponga en plan tirano —espetó Miriam muy suelta y siguió hacia su despacho.
Todos se quedaron en silencio, miraban para todas partes menos a Jaime, éste ardiendo de furia se marchó a su despacho donde cerró dando un portazo.
Una vez sentado frente a su escritorio intentó tranquilizarse, pero cada vez le costaba más, había días que le apetecía despedirla solo por demostrarle que podía, pero en el fondo nunca haría algo así. No entendía que le pasaba con esa mujer, por qué esa antipatía, ¿sería eso, simple antipatía, o algo más? Muchas veces se imaginaba cogiéndola del cabello y besándola salvajemente, pero eso era una locura, esa mujer era una bruja o mejor aún, un demonio con falda.
Definitivamente tendría que pasar de ella y dejar de provocarla, eso sería lo mejor, cada uno en su sitio y nada más, se dijo para sí Jaime.



La noche prometía, la fiesta de Halloween tenía todo para ser un éxito, los empleados se habían esmerado en organizarla y todos se lo pasarían de miedo, todos menos una, Miriam. Acababa de llegar y miraba a su alrededor, estaba de muy mal humor, el cretino con el que iba a venir la había dejado plantada a última hora, y allí estaba ella, disfrazada y sin pareja.
—Hola Miriam, ¡madre mía, estas fabulosa chica! —dijo Ana, una compañera de trabajo.
—Gracias, tu también estas genial.
—Nada que ver contigo, menudo traje de diabla más sexy… ¿Dónde tenias escondidas esas curvas chica?, vas a tener a los hombre babeando esta noche.
—No seas boba, no tenía nada escondido, solo que soy muy práctica a la hora de ir a trabajar.
—Pues prepárate que te van a rodear esta noche.
Tal cual predijo Ana los hombres rodearon a Miriam como moscas, bailaban con ella, la invitaban alguna copa, coqueteaban descaradamente. Ella estaba disfrutando muchísimo, y después del plantón le venía muy bien a su autoestima lastimada. Además, estaba muy relajada porque Jaime nunca asistía a las fiestas de la empresa, por lo tanto sabía que no le estropearía la noche.
—Buenas noches, diabla —dijo una voz muy sugerente a su espalda.
Miriam se giró hacia el dueño de esa voz, la cual parecía miel derretida de lo cálida que era. Se encontró con un hombre lobo espectacular, no podía reconocerlo tras la máscara, pero era todo un elemento, un cuerpo de escándalo. Podría ser cualquiera de los invitados a la fiesta.
—Buenas noches, lobito, ¿qué tal lo estas pasando?
—Ahora mejor, me gustaría que bailaras conmigo, diablilla —habló cerca de su oído, con su cuerpo muy pegado al suyo.
Miriam sintió que la piel se le erizaba, solo un hombre había conseguido eso, por lo tanto, que ese lobo también lo hubiese conseguido la sorprendió. Se dejó llevar a la pista y pronto se encontró envuelta por unos brazos que parecían de acero, sus cuerpos se pegaron uno al otro como si encajaran a la perfección.
Se dejó llevar por la música y por una vez se permitió sentir... el calor que desprendía el desconocido penetraba por su cuerpo haciéndola desear algo que hacía mucho tiempo no había deseado, la intimidad con un hombre.
—Hueles a pecado, diablilla —susurró la voz del lobo al mismo tiempo que le mordía la oreja.
—Te estás tomando demasiadas libertades, lobo —afirmó Miriam sin dejar de bailar.
—¿Tú crees?
—Sí, lo creo…
Ambos continuaron bailando, sus cuerpos se rozaban desprendiendo más calor, alrededor de ellos se podía sentir una tensión dominando el ambiente.
Jaime estaba excitado como no recordaba, todavía le parecía increíble que esa mujer que tenia derretida entre sus brazos fuese Miriam, la mujer de hielo. Aún tenía en su retina la imagen de ella con ese traje de diabla. ¿Dónde estaban  escondidas esas curvas y esas piernas de infarto?, se preguntaba.
La camiseta ajustada con un escote que vislumbraba el nacimiento de unos pechos perfectos, la minifalda rojo fuego que abrazaba sus caderas suavemente terminando con dos pequeñas aberturas a los lados, y esas medias rojas que cubrían unas piernas larguísimas que terminaban en unas botas espectaculares. Todo el conjunto realzaba un cuerpo para el pecado, y para completar, esa melena alborotada que caía sobre sus hombros de manera salvaje coronada por los cuernos de diablilla; la noche en verdad había mejorado en el momento en el que ella llegó, y él aunque intento mantenerse apartado, no había podido, era demasiada tentación y no era un santo..., todo lo contrario, él quería devorarla completamente.
La música terminó y ellos se separaron, Miriam se sentía aturdida, el olor de ese hombre la embriagaba y su voz la hipnotizaba. ¿Quién sería?, se preguntaba su mente.
—¿Quieres otra copa? —preguntó.
—Pretendes emborracharme, lobito —contestó riendo mientras se apoyaba en él con descaro.
—No es lo que pretendo, quiero que estés muy despejada y que sepas lo que haces en todo momento.
—¿Y eso por qué?
—Porque esta noche quiero devorarte entera, diablilla, y no quiero que lo olvides.
La respuesta del lobo la despejo al instante, su cuerpo tembló expectante ante sus palabras, solo pensar en lo que podría hacerle había humedecido su sexo.
—Estás muy seguro de ti mismo, ¿no crees lobo?
—Si lo estoy, ¿sabes por qué? —La pegó más a su cuerpo para que sintiera su erección palpitante—, porque tú también lo deseas... tanto como yo. —Su boca cubrió la de ella en un beso salvaje.
Se separaron jadeando y con sus miradas clavadas la una en la otra, Jaime no podía esperar más, la deseaba, maldita sea, eso era lo que pasaba entre ellos, nada de antagonismo; era solo un deseo feroz de dos personas con personalidades muy fuertes y habían querido esconderlo detrás de una supuesta antipatía.
La cogió de la mano y se la llevó a rastras, ella se dejó llevar, estaba como ida, aún no había asimilado el beso que se habían dado, jamás nadie la había dejado en llamas solo con un beso. Miriam no recordaba el viaje ni en que coche se había sentado, solo era consciente del hombre que tenía a su lado, que mientras conducía no dejaba de acariciarle la pierna y adentrarse bajo su falta, había tocado su sexo sobre las bragas, presionando y sintiendo la humedad que las traspasaba.
Llegaron a un enorme edificio y nada más entrar en el ascensor, el lobo se abalanzó sobre ella como toda una fiera salvaje. Empezó a comerle la boca desesperadamente, y Miriam no se quedó atrás, devolvía al igual que recibía, ambos aferrados uno al otro se devoraban mutuamente. Se separaron al sentir la puerta abrirse, Jaime la arrastró como un poseso, necesitaba tenerla, sentirla unida a él. Su pene protestaba por el encierro al que estaba siendo sometido.
Entraron al apartamento y nada más cerrar la puerta se abalanzaron uno al otro, empezaron a besarse mientras se quitaban la ropa. Todo estaba en penumbra y Jaime quería que continuara así, sabía que tenía que decirle a Miriam que era él, pero no lo haría, ella se retraería y se escondería en su fachada borde. Ya se enfrentaría a las consecuencias, pero ahora solo quería poseerla, estar dentro de ella.
Terminaron en el suelo del salón, bajo una alfombra mullida que les servía de colchón, aunque en ese momento no pensaban en nada de eso. Jaime se había quitado todo, la mascara y la ropa, pero la penumbra no dejaba que ella le reconociera.
La poca luz que entraba por los ventanales le permitía ver su piel quer era como el satén... él empezó a acariciarla y besarla por todas partes, ella se aferraba a su espalda y le clavaba las uñas, parecía una gata salvaje, su gata, porque él lo sabía con claridad, ella era suya.
Miriam estaba en un mar de sensualidad, ese hombre la estaba llevando a lo más alto, su vagina deseaba ser llenada con fuerza por él, se abrazó fuerte con brazos y piernas, estás rodeando sus caderas y empujándolo hacia su centro húmedo.
—Tranquila, diablilla, no tengas prisa, disfruta, que yo aún no he probado tu sabor —dijo jadeando muy cerca de su oído.
Jaime fue resbalando por su cuerpo, probando y lamiendo todo lo que se encontraba en su camino hacia ese lugar secreto, un lugar que escondía tanto placer. Cuando estuvo a la altura de su pubis, abrió con los dedos sus labios vaginales e inspiró el aroma a mujer, a hembra excitada, luego empezó a torturarla con su lengua, haciéndola gemir pidiendo más; él disfrutaba de sus ruegos y suplicas para que le diera más placer.
Saboreó todo lo que quiso hasta que la sintió temblar al borde del orgasmo, entonces se separó, no quería que llegara sin él profundamente enterrado en ella. Se colocó rápidamente un condón, gracias a que siempre tenía a mano en el salón.
Miriam sentía que su cuerpo iba a estallar en millones de fragmentos, no recordaba haber sentido esto alguna vez, ese hombre, ese desconocido... la estaba llevando a lo más alto del placer sensual.
—Mírame, Miri —susurró sobre sus labios.
Ella lo miró fijamente, sus ojos parecían querer decirle algo, sintió como  la penetraba profundamente, lo cual la hizo gemir de puro deleite. Al momento, lo rodeó con sus piernas para incitarlo a profundizar más y, sin dejar de mirarse, empezaron a moverse, ambos cuerpos acompasados como si siempre hubiesen estado así de conectados.
Los movimientos los hacían gemir y jadear de lo intenso que era el placer que se estaban prodigando, Jaime estaba subyugado por lo que ella le estaba haciendo sentir, era perfecta, era suya, aunque aún no lo supiera. Se besaron mientras sus cuerpos se amaban con movimientos cada vez más intensos, la tensión los invadía como preludio del orgasmo que se acercaba.
Miriam se aferró a sus hombros y echó la cabeza hacia atrás gritando cuando sintió su cuerpo explotar, y en ese instante Jaime notó como su vagina se contraía con fuerza alrededor de su pene, haciéndolo perder el control y correrse con una fuerza inusitada. Abrazados, sus cuerpos convulsionaban presos de un placer como nunca habían experimentado.
Sin fuerzas, Jaime se retiró de su cálido interior y se dirigió al baño, al regresar la vio dormida y la cogió en brazos, la llevó a su cama y la acostó, a continuación el también se tumbó a su lado, se acurrucó a su espalda y tapó ambos cuerpos con una manta, abrazado a ella se dejó llevar por el sueño.



—¡¿Qué demonios significa esto Jaime?! —gritó Miriam mientras salía de la cama echa una furia.
Jaime despertó aturdido con el grito de esa loca, abrió los ojos intentando enfocarla, parecía una salvaje con el cabello revuelto, pero estaba esplendida con esa furia ardiendo en sus ojos y ese cuerpo desnudo solo para él.
Se recostó tranquilamente contra el cabecero de la cama y colocó las manos detrás de la nuca en una pose muy informal y decadente al mismo tiempo.
—Buenos días, Miri, ¿qué tal has dormido?, yo he dormido de maravilla, diablilla. —La miraba risueño, sabía que ella no se lo iba a poner fácil, pero no le importaba.
—¡Te he hecho una pregunta idiota! ¿Qué hago yo en tu cama? —espetó con las manos en las caderas.
—Lo sabes bien, no creo que tengas tan mala memoria, hemos hecho lo que en el fondo llevábamos tiempo deseando.
Miriam cerró los ojos, era cierto, había tenido el sexo más maravilloso con Jaime, su jefe, el pedante, insoportable, altanero, he increíblemente guapo Jaime.
—¿Desde cuándo vas a las fiestas?, y sobre todo, ¿desde cuándo te aprovechas así de la gente? —Lo miró entre indignada y excitada—. Me engañaste al no decirme quien eras.
—Perdona, pero creo que te engañaste tu misma porque querías, estoy seguro de que sabias que era yo, pero no quieres reconocerlo.
Miriam le dio la espalda y cerró los ojos, era cierto, en el fondo de su corazón ella sabia quien era ese hombre disfrazado de lobo, y como lo deseaba tanto se dejó llevar.
De pronto sintió unas manos sobre sus hombros y un cuerpo caliente y muy despierto pegado a su espalda.
—No podíamos seguir fingiendo más, nos deseábamos Miri, y desde hace mucho tiempo. Por eso fui a la fiesta, porque ya no quería seguir así, nos destrozábamos verbalmente cuando lo que deseábamos era entregarnos el uno al otro —le dijo suavemente para a continuación besar su cuello.
—No va a ser fácil Jaime, somos muy parecidos, nuestros caracteres van a chocar continuamente.
—Lo sé —le habló dándole la vuelta para enfrentarla—. Pero lo solucionaremos o moriremos en el intento.
Se besaron profundamente, Miriam sabía que él era el único que la hacía vibrar, era su otra mitad.
—Por cierto, me ha gustado mucho ese disfraz de lobo que llevabas.
—Me alegro, pero no me preguntes donde lo compré porque no sabría decirte, al parecer alguno de tus compañeros quería que asistiera a la fiesta porque me encontré el paquete en la puerta de casa.
—¡De verdad!, ¿no será que tienes alguna admiradora secreta y la has dejado con las ganas?, ¿no había ninguna disfrazada de mujer lobo? —preguntó con una sonrisa ladina.
—No me fije en nadie, fue verte con ese disfraz de diabla y perder la cabeza Miri —afirmó dándole un beso.
Mientras se dejaban llevar una idea penetró en la mente de Jaime, de pronto se separó de Miriam y la miró fijamente a los ojos.
—¡Serás bruja!, ¡fuiste tú…!, me enviaste ese disfraz, sabías quien era yo desde el principio.
Las carcajadas de Miriam se escuchaban en toda la habitación, Jaime la cogió en brazos y la lanzó en la cama, al momento estaba encima de ella aprisionándola con su cuerpo.
—Eres un demonio, me engañaste haciéndome creer que no me reconocías.
—¿Tú crees que yo me voy con un extraño, por muy bueno que este?, lo tenía todo planeado Jefe, ya estaba harta de esperar a que te lanzaras y lo hice a mi manera.
—Ya me doy cuenta de lo mal bicho que eres… pero eres mi mal bicho, mi bruja, mi diabla, toda mia. —Empezó a besarla y se dejó llevar por el deseo.
—Oh sí, mi amor…, y tú eres mi lobo particular.
—Auuuuuuuu —aulló Jaime.
Ambos riendo se dejaron llevar por la pasión que sentían el uno por el otro.






 Y recuerden... el amor puede aparecer hasta en el día de las brujas...







sábado, 26 de octubre de 2013

EL SACRIFICO DEL VERDUGO de Noelia Amarillo


Leer una historia de Noelia es saber que te vas a encontrar con mucho amor, mucha pasión, personajes reales como la vida, situaciones de variados tipos, divertidas, emotivas y apasionadas. Particularmente me encanta como escribe, como plantea la historia, como nos va atrapando poco a poco y, consiguiendo que nos adentremos en lo que nos cuenta.

Pero con esta hermosa historia, Noelia nos sorprenderá con un toque de magia, y esa mezcla de magia y erotismo nos transportará a un lugar, el Bosque Prohibido, donde viviremos una hermosa historia de amor y pasión que va más allá del tiempo, de lo que es bueno o malo, de lo permitido o no, una historia que trasciende por encima de las normas sociales, de las clases, del bien y del mal… una historia donde conoceremos la pureza de la pasión.

Aisling es una dríade que habita en el bosque prohibido, una niña en un cuerpo de mujer, su familia eran los robles, su hogar el bosque, sus amigos dos lobos, y su deseo, encontrar al dueño de su mirada y su corazón. Ella espiaba a Kier cada vez que el aparecía por las lindes del bosque, un hombre que se ganaba la vida como podía, un hombre pobre y humilde, sin grandes aspiraciones, sin amigos, sin familia… y quizás, un poco asqueado de la vida.

Él no sabe que la dríade del bosque lo vigila y lo quiere para ella, él es su elegido sin saberlo. Una noche le tienden una emboscada y Aisling desoyendo los consejos abandona el bosque para salvarlo de una muerte cruel.  Una vez protegidos por los robles, ella se dedicará a curar sus heridas, pero no curara solo sus heridas físicas, esa hermosa mujer curara las heridas de un alma sin esperanzas.

Aisling y Kier, la pureza de ella y el hastío de él, se unirán y sus almas se encontraran. Compartirán una pasión libre, una entrega absoluta, aprenderán a confiar el uno en el otro, su amor los fortalecerá. Kier se sentirá poca cosa para ella, pero aprenderá que Aisling da valor a cosas muy diferentes. Ella solo quiere alguien que la acepte tal como es, que acepte a su familia, que no pretenda cambiarla, ni separarla de su bosque. Ella le enseñará a sentir a los robles, a disfrutar de la naturaleza... le abrirá los ojos a otro mundo.


En esta historia, no solo estará esa magia, ese mundo encantado, donde los arboles susurran, donde los lobos se comunican con las dríades, donde el amor puede unir a un humano con un ser mágico… no, en esta historia, nos daremos cuenta de cómo la sociedad y las normas creadas por el hombre han matado el espíritu libre del ser humano. Hay momentos de la historia que me imagino que así sería el edén, un lugar donde ir desnudo era natural, amarse y entregarse era hermoso, no algo que había que ocultar como si fuera un pecado.

La sociedad ha envuelto en ese palabra “Pecado”, todo lo que piensan que no es correcto, ¿pero quién dice que es o no correcto?, todo se ha vuelto una gran hipocresía. A través de Aisling y Kier podemos comprobar que la pasión es algo hermoso, que hay que vivirla y disfrutarla sin vergüenza. Los seres humanos hemos perdido la naturalidad que tienen los animales, nos hemos racionalizado tanto que a veces parecemos máquinas sin corazón.

En el sacrificio del verdugo, viviremos a través de Aisling y Kier ese amor puro y limpio en el que no hay maldad, ni fealdad. Donde la pasión y el goce que viven es la expresión palpable de ese amor que unirá sus almas. Ella solo quería de Kier una promesa, y él se la dio junto a su corazón, y por ello se verá recompensado.

En contraparte, veremos la hipocresía del ser humano y la maldad de las personas que se creen mejores que los demás, que se creen Dios para juzgar. Pero, también conoceremos a los que aprenden de sus errores, y a base de golpes entienden que aunque sean Reyes no pueden tener todo lo que quieren y como lo quieren. En definitiva, que el que se arrepiente de corazón también merece una segunda oportunidad, y esa será la lucha de Iolar, el Rey de Sacrificio del Verdugo… ¿lo conseguirá?

Una hermosa historia, conmovedora, y sobre todo con mucha realidad dentro de esa fantasía. Porque si el ser humano respetara más la naturaleza que tantas cosas nos regala, viviríamos en armonía con esta…, no la destruiríamos por cosas que no tienen verdadero valor espiritual. Lástima que para los hombres el valor material se haya convertido en lo más importante… a veces, más que el amor.







martes, 22 de octubre de 2013

LOS OJOS DEL BOSQUE de Lydia Leyte


Llevaba tiempo deseando leer esta novela, pero como tengo una lista enorme de libros, suelo elegir al azar… y el azar al fin decidió que era hora de leer la historia de Bruno Elorza y Cristina Olabide.
Esta es una novela que desde las primeras líneas te atrapa, sus personajes son tan reales que podía imaginármelos en mi cabeza, cada uno de ellos tiene algo entrañable. La narración de la historia te hace vislumbrar ese bosque, esas tierras; Lydia describe todo con tanta sencillez que es muy fácil imaginar el lugar. El pueblo, sus gentes cariñosas y cotillas, como en todo pueblo que se precie.
Debo decir muy alto, que estoy completamente enamorada de Bruno Elorza, un hombre sencillo, firme, de costumbres, familiar, optimista, apasionado en todo lo que hace, pero también testarudo e impaciente cuando quiere algo. Un hombre que cuando se entrega lo hace totalmente, ese es el hombre que se encontrará Cristina Olabide en un encuentro fortuito.
Ella, es una mujer que ha sufrido de muchas maneras, desde su más tierna infancia, muchas pérdidas y traiciones la vuelven una persona desconfiada, pesimista y cerrada. Con todo eso tendrá que enfrentarse Bruno, además de un carácter de mil demonios. A lo largo de la historia llegué a sentir la necesidad de gritarle a esa mujer, ¿que más quería que hiciera ese hombre para demostrarle cuanto la amaba? A veces se volvía tan irracional que me daban ganas de gritar de frustración, pero allí estaba el maravilloso Bruno que con su infinita paciencia y amor, apaciguaba a su fiera particular.
Para completar una historia de amor hermosa y sencilla, nos encontramos con un secreto y unos ojos misteriosos que persiguen a Cristina por el bosque; la maldad acecha en los rincones a la orilla de río Alhama… ¿Quién la persigue? ¿Por qué? ¿Qué oscuro secreto se esconde en los antepasados Olabide? ¿Qué misterio guarda la torre Olabide bajo sus paredes?
Una hermosa historia de amor en donde el príncipe encantado llega en una moto a la torre de su princesa, cae perdidamente enamorado, pero tiene que luchar no solo con el dragón que se esconde en el bosque y quiere arrebatarle a su amada, sino también, contra el muro que ella ha construido a su alrededor para no volver a sufrir, contra su desconfianza, su incredulidad ante el amor, su independencia y su carácter a veces imposible. Con todo eso se tendrá que enfrentar ese príncipe que parece un poeta, usando toda su paciencia y demostrándole día a día que llegó para quedarse.
La historia de Lydia es una historia que os enamorara de principio a fin, demostrándonos que tu otra mitad puede aparecer en cualquier lugar y en cualquier momento, cambiando tu vida para siempre.

Les dejo una palabras de Bruno a Cristina:

Somos uno, Cris. Ya no somos tú o yo. Somos uno, lo mismo.


miércoles, 16 de octubre de 2013

LOS JUEGOS ERÓTICOS DE CHARLES Y ELISA

Hola, hoy no hablo de #YLlegasteTú, hoy les anuncio con mucha ilusión que gracias a Nueva editora digital por confiar en mi, ya esta disponible mi libro de relatos eróticos...     
Gracias a nED


LOS JUEGOS ERÓTICOS DE CHARLES Y ELISA


Adéntrate en su universo privado, donde la pasión y el sexo es lo primero en su lista...


Sinopsis:


Charles y Elisa son una pareja que van descubriendo juntos todo lo que les excita y da morbo, a través de sus relatos viviremos muchas de esas fantasías que tenemos guardadas dentro de nosotros y quizás, gracias a ellos, seamos capaces de llevar a la realidad.
En estos doce relatos más uno, nos adentraremos en el universo privado de ambos, donde la pasión y el sexo es lo primero de su lista…
Porque… ¿quién de ustedes no ha tenido alguna fantasía secreta?



Disponible también en Amazon, papel y digital



domingo, 13 de octubre de 2013

LA UNIÓN epílogo de la novela DE VUELTA A TU AMOR de Isabel C. Acuña


He leído con emoción este epílogo que se merecía la historia de amor de Gabriel y Melisa, porque aunque su amor venció, no todo es color de rosa, no se puede borrar de un plumazo tanto dolor, tanto sufrimiento. Y es esa evolución lo que nos regala Isabel con este final.

Gabriel y Melisa vuelven a estar juntos, su amor reforzado por el dolor y la perdida, pero las secuelas siguen ahí, tienen que sanar y solo podrán hacerlo entregándose mutuamente, dándose todo el amor que llevan dentro.

Un broche de oro a una hermosa historia de amor, sus protagonistas no solo tienen que superar traumas que les marcaron de una manera distinta a cada uno, sino, que tienen que aprender a vivir con la perdida y sanar su corazón.

Ese amor dará sus frutos y se verá recompensado con el milagro de la vida.

Pero he de contarles un secreto… Isabel me ha dejado muy intrigada con la nueva historia que se avecina, que creo que es la de Miguel y Olivia, ¿qué ocurrió entre ellos? ¿Quién es el padre de Olivia? ¿Qué les hizo a Miguel y su familia?, muchas preguntas que espero poder conocer en la nueva novela.


Del cantar de los cantares 2:16  Isabel extrajo esto:

Mi amado es mío y yo soy suya.



lunes, 7 de octubre de 2013

SORPRENDIDA - 3ª de la trilogía El Affaire de Blacksyone


Lo primero es decirles que sé que tengo el blog un poco abandonado, pero todo es a causa de mi novela Y llegaste tú, escribir absorbe mucho y te quita tiempo para otras cosas, como leer y reseñar.
Pero hoy vuelvo con una reseña que tenía pendiente:

SORPRENDIDA…

La tercera y última entrega de la trilogía el Affaire de Blackstone, puedo decir, que como indica su título, me dejó sorprendida.
La primera parte estaba contada por la protagonista femenina Brynne, la segunda parte nos la cuenta Ethan Blackstone y la tercera está contada por ambos, algo que me sorprendió gratamente.
La historia a pesar de tener muchas escenas sexuales explícitas, también tiene una trama, unos personajes secundarios encantadores y, una buena dosis de humor, que unida a la intriga de saber quién es la persona que persigue a Brynne, nos permite disfrutar de una novela entretenida y dinámica. Un personaje que me enamoró es la pequeña Zara, un encanto de niña con un desparpajo que te sacará más de una sonrisa, junto a ella conoceremos a un Ethan divertido, cariñoso, y sobre todo muy familiar.
Lo único que puedo decir en contra, es que me pareció que se quedaron cosas en el aire, y que el final fue muy precipitado… es algo que me molesta mucho. Después que se resuelven los conflictos, los finales se precipitan como si ya no quedará espacio para hacer un final más completo, para cerrar la historia como se merece.  Esto me ha pasado con muchas novelas y es una cosa que me deja un sabor agridulce, porque disfrutas de una buena historia y luego llega el final y te quedas mirando el libro y preguntándote ¿Esto es todo?
En resumen, es una trilogía que para mí ha ido evolucionando, cada libro ha sido mejor que el anterior.  No es de esas novelas que quedaran para el recuerdo, pero si te harán pasar un buen rato mientras las lees.