He leído con emoción
este epílogo que se merecía la historia de amor de Gabriel y Melisa, porque
aunque su amor venció, no todo es color de rosa, no se puede borrar de un
plumazo tanto dolor, tanto sufrimiento. Y es esa evolución lo que nos regala
Isabel con este final.
Gabriel y Melisa vuelven
a estar juntos, su amor reforzado por el dolor y la perdida, pero las secuelas
siguen ahí, tienen que sanar y solo podrán hacerlo entregándose mutuamente, dándose
todo el amor que llevan dentro.
Un broche de oro a una
hermosa historia de amor, sus protagonistas no solo tienen que superar traumas
que les marcaron de una manera distinta a cada uno, sino, que tienen que
aprender a vivir con la perdida y sanar su corazón.
Ese amor dará sus
frutos y se verá recompensado con el milagro de la vida.
Pero he de contarles un
secreto… Isabel me ha dejado muy intrigada con la nueva historia que se
avecina, que creo que es la de Miguel y Olivia, ¿qué ocurrió entre ellos? ¿Quién es el padre de Olivia? ¿Qué les hizo a Miguel y su familia?, muchas preguntas que espero poder conocer en la nueva novela.
Del cantar de los
cantares 2:16 Isabel extrajo esto:
Mi amado es mío y yo soy suya.
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