Esta es la segunda y última parte dedicada al género erótico, en
ella veremos la influencia que ha tenido desde el siglo XIX hasta la
actualidad. Aunque son dos artículos extensos puedo decirles que son muy
interesantes. Yo me he sorprendido con todo lo que hay sobre el tema, y que
desconocía.
A lo largo de la
historia fue censurado, tabú y muchas de sus publicaciones prohibidas. Pero
actualmente al menos podemos elegir si queremos leer o no una novela erótica y
eso debe respetarse ante todo.
Espero que le haya
gustado la información que gracias a WIKIPEDIA que es una maravilla, he podido
recopilar.
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Fuente Wikipedia
Siglo XIX, puritanismo inglés y apogeo
del erotismo en Centroeuropa
Hacia
el siglo XIX surge
una nueva corriente, el Romanticismo, que idealiza el dolor y el
sufrimiento psíquico, así como el amor pasional. Esta nueva corriente lidiaba a
menudo con las fronteras entre lo permisible y lo prohibido, aun sin llegar a
la obscenidad de épocas anteriores. Gustave Flaubert, por Madame Bovary, y Charles
Baudelaire, por Las flores
del mal, llegaron a ser enjuiciados.1 Menos
controvertidas fueron otras obras clásicas del período, como Cumbres
Borrascosas (novela), Jane Eyre o Anna Karenina. Este subgénero concreto
terminará derivando en lo que se conocerá como novela rosa.
En la época victoriana en Inglaterra, al mismo tiempo, cobraron
fuerza los textos eróticos con una característica relación entre maestro y
sirviente. En su literatura se refleja en obras como Venus maestra de escuela, o los
juegos de la flagelación, de George Cannon o The
Meny Order of St. Bridget, de James
Berttram. Sin embargo, las obras eran más comúnmente
anónimas y de fecha incierta, con casos como The
Lustful Turk (1828), The Way of a Man with a Maid, A Weekend Visit, The Romance of Lust (1873), The Autobiography of a Flea (1887), Beatrice, Venus in India (1889), Raped on the Railway: A True Story
of a Lady who was first ravished and then flagellated on the Scotch Express(1894), Flossie, A Venus of Fifteen: By one
who knew this Charming Goddess and worshipped at her shrine (1897) y My Lustful Adventures.
Pero
la literatura erótica más salvaje también continuó en el siglo XIX. El autor
austríaco Leopold von
Sacher-Masoch se hizo
un hueco en la historia a partes iguales por el escándalo y el éxito generados
en Francia de su obra La venus de
las pieles (1870),
en la cual sienta las bases de lo que más adelante se terminará conociendo como
masoquismo, en honor a su propio apellido,
consistente en ser azotado, hacerse atar y ser humillado por la pareja. Autores
que siguieron su estela son Richard
Brohmek y Fedor Essée,
siempre con la mujer vista desde un punto de dista dominante y cruel, con la
figura del hombre dominado y sumiso.
A
finales de siglo, surge el nombre del dramaturgo Arthur Schnitzler, que proclama durante
varias de sus obras la supremacía del instinto sexual sobre las convenciones
sociales. Su obra más polémica fue La
ronda, un ciclo de diez piezas dramáticas de un solo acto, cada una formada
por una pareja de amantes, de tal forma que uno de los integrantes de la pareja
repite en dos escenas consecutivas, en una especie de danza de emparejamientos
sexuales. A primeros del siglo
XX, llegaron a venderse más de 40.000 ejemplares en Alemania, antes de que se prohibiera la
obra. Los intentos de representación de la misma también fueron objetivo de
censura y prohibiciones. Otra novela erótica de gran importancia en Alemania
fue Josephine Mutzenbacher,
considerada como un clásico pornográfico. Publicada
anónimamente, se atribuye su creación a Felix Salten. La historia es narrada bajo
el punto de vista de una prostituta vienesa de 50 años, que rememora sus
escapadas sexuales entre las edades de 5 y 12 años. El libro toca casi todos
los posibles tabúes relativos al sexo, como la prostitución
infantil, el incesto, la homosexualidad, la violación o
las orgías. Anecdóticamente, Felix Salten es el autor del clásico infantil Bambi.
Siglo XX y actualidad
El
inglés D.H. Lawrence es el autor de uno de los libros más
polémicos de la primera mitad del siglo XX, El amante de
Lady Chatterley (1928),
que narra el descenso al adulterio de una mujer con un sirviente durante
la ausencia de su marido, destinado en la Primera
Guerra Mundial. En la obra se describen detalladamente las
relaciones sexuales de los amantes, las cuales simbolizan y glorifican la
fuerza del amor, que no entiende de barreras sociales clasistas. Asimismo, la
obra ha sido también estudiada como un texto anti-feminista,
como un elogio al triunfo del falo.
En
España, un célebre y exitoso escritor de novelas eróticas fue ”El Caballero
Audaz”. Apareció vinculado a una corriente de novela erótica de
principios de siglo y logró en vida tiradas millonarias, al punto que, casi
cien años después, no hay problema para encontrar ejemplares en el mercado del
libro usado.
Otro
autor controvertido de inicios de siglo es Henry Miller, con sus obras Trópico de
Cáncer (1934) y Trópico de
Capricornio (1938),
prohibidas en múltiples países. Miller encumbra la pornografía
(entendida desde su significado griego original, como la relación con las
prostitutas), describiéndola como una nueva religión. Emmanuelle Arsan, autor de Emmanuelle, y Dominique Aury, autora de Historia de O, también inciden en la
misma ensalzación del mundo de la prostitución.
Georges Bataille, con el libro titulado La historia del ojo (1928), publicada bajo pseudónimo, exploró las sensaciones y las
relaciones sexuales entre dos adolescentes de tendencia exhibicionista. Durante la obra se afrontan
aspectos como la muerte o la locura, siempre relacionados con
los devenires sexuales de la pareja protagonista. El sexo
en grupo, el erotismo de los fluidos o la unión entre religión y
sexo son otros temas tratados en la obra. Una importante característica del
libro es que incluía diversas ilustraciones explicitas.
Anaïs Nin fue
una de las primeras representantes de la literatura erótica femenina. Conocida
por sus diarios, que cuentan su vida detallada desde los 12 años, Nin ha tocado
multitud de temas eróticos en sus obras, como el incesto, el voyeurismo y el lesbianismo.
Vladimir Nabokov es principalmente conocido por ser el
autor de Lolita (1955), una obra que trató el espinoso
tema de la relación entre una joven menor de edad y un hombre maduro,
obsesionado por las ninfetas (niñas sexualmente deseables de entre 9 y 14 años). La obra, tachada de pornográfica cuando
se publicó en Francia, fue adaptada al cine por Stanley Kubrick en 1962 y
más tarde por Adrian Lyne en 1997.
Sin embargo, el impacto de la novela en la sociedad fue enorme, habiendo
trascendido el título del libro, considerándose como un término ligado a la pedofilia.
Otros
autores significativos del siglo XX son Guillaume
Apollinaire, Louis Aragon, Jean Genet, conocido por sus escritos sobre
homosexualidad, Pierre Louÿs, autor de la parodia Manual de urbanidad para niñas, la
poeta surrealista Joyce Mansour, Mario Vargas
Llosa, con Travesuras
de la niña mala, de sinopsis similar a la Cenicienta, o J. G. Ballard, autor de Crash (1973), una novela en la que se aborda
la relación entre el deseo sexual y los coches, adaptada al cine en 1996 por David Cronenberg.
Una de las obras
clave de la literatura erótica de la segunda mitad del siglo XX es, sin duda, Historia de O. Publicada bajo el pseudónimo
de Pauline Réage, la obra fue concebida como
una serie de cartas de amor a su amante Jean Paulhan, admirador del trabajo del Marqués de Sade. Se trata de una historia
de absoluta sumisión, donde la protagonista, es iniciada en las artes sexuales
a modo de esclava, siempre disponible para las relaciones sexuales de todo
tipo. Ambientada en el mundo BDSM,
varios términos del mismo provienen del libro, como Samois.
A
finales del siglo XX y principios del XXI, los libros eróticos narrados a modo
de autobiografía femenina cobran cierta fama. Las edades de
Lulú,27 de Almudena Grandes, la controvertida Cien Cepilladas antes de Dormir,
de Melissa Panarello, que trata la sexualidad
extrema durante la adolescencia, o Diario de una
ninfómana (2003),
de Valérie Tasso, son algunos ejemplos de
ello.
Literatura erótica e internet
La llegada de las nuevas tecnologías
también ha supuesto un incremento de la actividad de la literatura erótica, al
igual que en otras manifestaciónes erotizadas como la fotografía o el cine. En Internet es
fácil encontrar sitios web donde se recopilan relatos eróticos escritos por los usuarios, de calidad
y duración variable. El anonimato facilita la escritura y difusión de textos
que podrían estar inspirados en la realidad o que simplemente satisfacen la
imaginación y creatividad del narrador. Por lo general, se trata de escritos de
corta duración y fuerte contenido sexual, muy explícito, aunque no existe una
norma o tendencia prefijada. Abunda la temática prohibida o desaprobada
socialmente, con textos relativos a diferentes filias y argumentos inmersos en actividades
como el sexo con menores, el incesto o la sumisión.
La literatura erótica
también es muy encontrada en fanfiction donde popularmente se le conoce como lemon.
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