Como en casa

Mi blog vio la luz, el día 18 de octubre de 2012... Y vuelve a renacer hoy 13 de febrero de 2023. Espero que cuando me visiten se sientan como en casa, con la confianza de opinar sobre cualquier post, artículo o reseña. Se aceptan comentarios, correcciones y críticas siempre que sean escritas con educación, espero alimentarme de ustedes y viceversa. Creo en el continuo aprendizaje... aprendamos juntos.

sábado, 5 de abril de 2014

SOLAMENTE TÚ... PRÓLOGO



Málaga, 1978

—¿Dónde está mi gitanilla hermosa? —preguntó Andrés entrando por la puerta de su casa—. Pilar, muñeca, luz de mis ojos, ven con papá.
Andrés se detuvo frente al enorme espejo de la entrada, se miró de arriba abajo y sonrió complacido.  Era guapo y siempre iba de punta en blanco, para él era muy importante estar siempre bien vestido, realzar sus mejores rasgos. Pero sobre todo, rodearse de cosas bellas, porque pensaba que era lo menos que se merecía.
Su mujer Perla, era como su nombre, hermosa como una perla, delicada y tímida; aunque últimamente se estaba abandonando. Andrés la había elegido de entre todas las mujeres de sus alrededores, él se merecía lo mejor, siempre lo mejor. Y ella lo había complacido en estos casi 12 años de matrimonio, pero ahora, quien lo tenía encandilado y a quien lucía orgulloso por la plaza la Merced, era a su querida Pilar.
Su hija fue un regalo maravilloso, una combinación perfecta de su madre y él. El único fallo era que había salido con un carácter endemoniado y muy aficionada a leer y estudiar. Andrés no entendía por qué tenía que preocuparse por estudiar, si con su belleza podría conseguir lo que se propusiera.
Dejó de contemplarse y continuó hacía el salón, le extrañó que Pilar no fuera a su encuentro. Al entrar se encontró con su mujer, cada día estaba más apagada, el abandono había mermado su belleza, y a él ya no lo atraía para nada. Hacía tiempo que no la invitaba a salir, no quería que nadie lo viera junto a una mujer tan dejada, «una verdadera lástima», pensó.
—¿Dónde está mi gitana?
—En casa de su amiga Rocío. Tienen que terminar un trabajo para el colegio —respondió Perla mirándolo con indiferencia.
Andrés frunció el ceño molesto, su hija estaba creciendo con rapidez, ya tenía diez años, y pronto dejaría de ser su pequeña.
—Cuando llegue dile que me busque en la sala de pintura, voy a trabajar un rato. —Se giró y cuando iba a salir miró a su mujer por encima del hombro—. Por cierto, a ver si te arreglas un poco, cada día estás más descuidada.
Se fue sin esperar replica de su mujer, está al verlo marcharse empezó a llorar desconsolada. No soportaba ver como lentamente iba minando su confianza y su autoestima. Desde hacía tiempo que había pasado de ser lo mejor en su vida, a ser solo un cero a la izquierda.
—Mamá, no llores más, por favor —susurró Pilar, que había presenciado la escena entre su padre y su madre.
—No te preocupes Pili, cielo, no es nada. Ve a ver a tu padre al estudio, te está esperando.
—No quiero ir, mamá. Solo quiere que me siente a posar para sus estúpidos cuadros. No le interesan las cosas que le digo, ni le interesan mis notas… no le importo. Solo me quiere para usarme de modelo, y alardear delante de sus amigos… ¡Estoy cansada! ―gritó furiosa, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
―Cariño, has un esfuerzo, tu padre te adora, a su manera, pero te quiere hija ―comentó Perla abrazándola contra su pecho.
―Lo haré por ti, solo por ti, mamá. ―Se secó las lágrimas con el pañuelo que le dejó su madre.
Pilar fue a regañadientes al estudio de su padre, nada más entrar, Andrés se acercó a ella y le dio un beso.
―¿Cómo está mi gitanilla hoy?
―Bien papá. Mamá me ha dicho que querías verme.
―Sí, quiero que poses para mi otra vez.
―¡Papá!, sabes que me aburre.
―Antes no te aburría, antes te gustaba cuando te pintaba y te lucía por todas las calles del centro, cuando te llevaba de paseo con tu vestido más lindo y todos te admiraban al pasar ―dijo Andrés con el ceño fruncido.
―Papá, antes era pequeña... ahora me gustan otras cosas.
―Pilar, hija, ven y siéntate. Escúchame, con tu belleza podrás conseguir lo que te propongas, serás la mujer de algún millonario que te colmará de caprichos.
―No es ese mi sueño, papá.
―Aún eres muy pequeña para hablar de sueños. Anda, se buena con papi y déjame que te pinte un rato.
―De acuerdo ―dijo con tristeza Pilar, mientras miraba como su padre se disponía a inmortalizarla una vez más.


Málaga 1988

Se dirigía con prisa a la cita que tenía todas las semanas con su padre. Desde hacía 6 años que sus padres se habían divorciado; éste había dejado a su madre por una mujer mucho más joven que él, veinte años más joven. Lo que dejó a Perla hundida, acabando así con la poca autoestima que tenía, pero gracias a Dios eso pertenecía al pasado. Ahora su madre estaba felizmente casada con Eugenio y tenía un hijo, su pequeño Oscar de tan solo un añito, él era la alegría de la casa. Pilar era muy feliz al ver a su madre otra vez sonriendo y sobre todo, al ver como la quería y respetaba Eugenio.
A lo lejos vio a su padre sentado en la terraza de una cafetería, siempre quedaban en el mismo sitio, en la famosa plaza la Merced. Cada vez que iba a esa cafetería recordaba cuando era muy pequeña y su padre la llevaba engalanada con su mejor vestido, luciéndola como si de un objeto valioso se tratara. Cuando fue consciente de lo que hacía, ella empezó a odiar esas salidas, y cuando dejó a su madre se negó a salir con él. Sabía que su padre no era mala persona, pero era muy egocéntrico y egoísta.
―Hola, papá ―dijo nada más llegar a su mesa.
―Hola gitana, llegas tarde ―afirmó molesto, mientras se levantaba para darle dos besos―. Déjame verte, cada día estás más guapa. Podías haber sido una modelo famosa si hubieses querido.
―No empecemos con esa cantinela otra vez, por favor.
―Vale, vale, hija. Ojú[1]que carácter tienes, Pilar ―contestó irritado.
―Y tú deja de ser tan pesao[2],papá.
―¿Cómo está lo más guapo de to Málaga? ―interrumpió Pepe, el dueño de la cafetería.
―Hola Pepe, tú como buen andaluz siempre exagerando ―respondió con una sonrisa.
―De eso nada mi niña, eres lo más guapo que han visto mis ojos, y mira que han visto mucho.
Pilar empezó a reír a carcajadas, le encantaba Pepe, era un hombre simpático y cariñoso que ella conocía desde pequeña.
―Pepe, ¿qué tal está tu nieto?
―Mi chavea[3]es todo un granuja, mi Antoñito es más listo que su abuelo ―explicó guiñándole el ojo―. ¿Qué van a tomar hoy?
―Un par de cervezas fresquitas y algo para picar ―contestó Andrés.
Una vez solos, ambos se quedaron callados mirando hacia la plaza, cada uno con sus recuerdos de años vividos. Para Pilar eran recuerdos agridulces, pero a pesar de muchas cosas, le traían añoranzas, sabía que a su manera su padre la quería.
―Pilar, quería hacerte una pregunta… la semana pasada te llamé a casa y contestó tu madre, hablamos un poco y me dijo que tienes planes de irte a vivir a Madrid. ¿Puedo saber que se te ha perdido en la capital? ―inquirió bastante molesto.
―Lo primero, es que no se me ha perdido nada, y lo segundo, es mi vida y soy mayorcita para tomar mis decisiones.
―No me hables así, soy tu padre. ―Se pasó la mano por el cabello con expresión de cansancio―. Hija, solo quiero saber el motivo.
―Pues entonces has la pregunta con propiedad. El motivo es simple, quiero ser una decoradora de interiores reconocida, y Madrid es una ciudad importante donde puedo aprender y quizás en un futuro tener mi propio estudio de decoración.
―Podrías irte a Marbella, una zona turística con muchos guiris[4]a los que les gusta tener su casa muy bien decorada.
―Lo pensé en su día, pero no es lo que me apetece.
―¿Y ese chico con el que sales, el tal Fran?
―Papá, parece que piensas que me voy a marchar mañana mismo. Es un plan a largo plazo, ahora estoy aprendiendo y disfrutando con ello… ya veré cuando es el momento de cambiar ―explicó Pilar con paciencia.
―Vale entonces, pero no me has contestado, ¿qué tal con ese chico?
―Bien, que quieres que te cuente.
―No me gusta, ya lo sabes. No es para ti, no te valora.
―¿En qué sentido no me valora? ―preguntó asombrada.
Pepe interrumpió la charla entre padre e hija, dejando en la mesa las cervezas y un picoteo para acompañar las bebidas. Ambos bebieron un sorbo porque tenían sed, el tiempo era caluroso para estar solo en mayo.
―En todos los sentidos, ni como mujer, ni como persona. Para ese chico eres un juguete hija, te está usando, te lo digo yo.
―¿Es que acaso eres un experto, papá? ―preguntó bastante molesta, como se atrevía él a hablar de usar a la gente, precisamente él.
―Enfádate lo que quieras, pero sé que tengo razón; no es el primer desengaño que tienes, pero creo que con este vas a sufrir más que con ninguno.
Pilar se terminó la cerveza y cogió su bolso de la silla de al lado, no tocó nada de lo que estaba en los platos. Miró a su padre con rabia, sus ojos brillaban de indignación, siempre tenían que terminar discutiendo. Se levantó y le dijo antes de marcharse:
―Es cierto, el no fue mi primer desengaño, el primero fuiste tú.
Se fue sin mirar atrás, Andrés se quedó con la boca abierta ante las palabras tan hirientes de su única hija.
Llegó a su casa, y dio gracias de estar sola, no quería que su madre viera lo alterada que estaba después de ver a su padre. Nunca cambiaría, siempre igual, solo la fachada exterior era lo que importaba. Su pasión por plasmar la belleza en sus cuadros, había llevado a su padre al convencimiento de que eso era lo más importante. Pilar sabía que lo había hecho sufrir cuando se negó a verlo, después de que las abandonase a ella y a su madre. Estuvo casi cuatro años sin querer saber nada de él. Si se lo encontraba en la calle, seguía de largo con sus amigos y no lo miraba si quiera; fue muy doloroso todo lo que vivió.
El teléfono de casa empezó a sonar sacando a Pilar de sus recuerdos, bajó al salón y contestó:
―Hola
―Pilar, es urgente, ven enseguida a la calle larios, estamos en el bar de siempre.
―¿Qué pasa Lola? Me estás asustando.
―Es Fran… no va a gustarte nada. Cuando llegues entra y gira a la derecha, hazlo rápido para que no te vea. Aunque con la cogorza[5]que tiene encima, no creo ni que se fije en ti.
―Voy enseguida.
Cortó la llamada, subió a su habitación se puso los zapatos, cogió su bolso y se fue a ver a sus amigas.


Se bajó del taxi y entró rápidamente en el bar de siempre, a la derecha divisó a Lola y Rocío. Se sentó junto a ellas y les preguntó:
―¿Qué pasa?
―Míralo tú misma ―contestó Rocío.
Pilar buscó con la mirada aquello que según sus amigas tenía que ver, sus ojos se agrandaron como platos cuando vio a Fran, su Fran, con su amiga Isa sentada en su regazo.
―¡Los mato!, yo me los cargo a los dos ―sentenció Pilar furiosa, las lágrimas pujaban por salir de sus ojos, pero la furia que hervía en su cuerpo las retenía.
―¡Cálmate!, eso no es lo peor, si no todo lo que lleva despotricando ese desgraciado de ti.
―¿De mi? ―Miró a sus amigas sin comprender nada.
Sus amigos lo estaban achuchando para que hablara, y como estaba ciego de alcohol pues largaba por esa boquita como si se estuviera confesando.
Illo[6],Fran, síguenos hablando de tu morenaza.
―Esoo es colega, es mía. Lo que me ha costao conquistarla. Tan estirá y finoli[7]la niña… ja, ja, ja. Me he tragado toassus charlas sobre lo que le gusta y lo que no, sobre sus sueños y demás, to un aburrimiento, todooo con tal de poder llevármela al huerto.
Las carcajadas se escuchaban como estruendos en el bar, todo el mundo estaba prestando oídos a lo que decía Fran, mientras él besaba a Isa. Pilar sintió como su corazón se partía en miles de pedazos al escucharlo. Había entregado no solo su amor, si no, su confianza, algo que ella otorgaba a muy pocas personas. En ese momento regresaban a ella las palabras que su padre acababa de decirle:

―Enfádate lo que quieras, pero sé que tengo razón, no es el primer desengaño que tienes, pero creo que con este vas a sufrir más que con ninguno.

―Pero mereció la pena, ¿no es así Fran? ―preguntó alguno de los que estaba en el bar.
―Y tanto que lo mereció, Pilar es puro fuego chicos, nada de hielo como decían, no, mi chica es puro fuego y me encanta llevarla del brazo y lucirla, que todos me tengan envidia por tener una mujer como esa a mi lado…
Pilar se encaminó ciega de furia hacia Fran, mientras él continuaba hablando. Al llegar frente a él todos se quedaron callados. Isa abrió los ojos asustada, quería levantarse pero Fran la sujetaba fuerte de la cintura.
―¿A dónde vas nena? Aún nos queda mucha fiesta por delante, la tarde es joven y nos queda la noche ―dijo Fran riendo entre dientes―. Como les decía, me encanta saber que todos desearían llevársela a la cama, pero que yo soy el único que lo hace.
En ese momento, el puño de Pilar se estrelló en la cara de Fran dejándolo atontado. La gente se quedó muda observando la escena, Lola y Rocío se acercaron y se pusieron al lado de Pilar.
Fran se incorporó y miró a la persona que le había pegado, cuando reconoció a Pilar, sus ojos se abrieron horrorizados al comprender lo que había estado soltando por esa boca.
―Eres una mierda, y hasta aquí te has reído de mi gilipollas, por tu bien será mejor que me olvides. ―Se giró hacia Isabel―. Y tú eres una zorra, os merecéis los dos, sois tal para cual.
A medida que se alejaba de allí, con sus amigas a su lado, el corazón de Pilar se iba recubriendo de una capa de hielo. Su mirada se volvió dura como una piedra, asustaba ver su expresión siniestra en ese momento.
―Pili, amiga, párate un momento, háblanos ―pidió Lola preocupada.
En medio de la calle, Pilar se detuvo y miró a sus amigas a los ojos; había tomado una decisión:
―A partir de este momento, chicas, usaré mi cuerpo y mi belleza para ligarme a todo tío que me quiera llevar a la cama. Voy a ser como ellos, los voy a usar para mi satisfacción personal. Se acabó Pilar la que da un voto de confianza, la buena, la tonta. A partir de hoy ningún hombre se va a reír más a mi costa.
―¿Y el amor? ―preguntó Rocío.
―El amor conlleva mucho sufrimiento y... estoy cansada de sufrir y de confiar. Al final, la mayoría de los hombres son igual de superficiales.
―Creo que estás exagerando, amiga.
―Para nada, y no quiero hablar más del tema. A partir de hoy, ningún hombre me hará llorar de nuevo ―sentenció Pilar Merchán.





[1] Ojú u Ozú: Expresión andaluza.
[2] Pesao: Pesado
[3] Chavea: niño pequeño en andaluz, lo dicen mucho en Málaga.
[4] Guiris: se les llama a los extranjeros en Andalucía.
[5] Cogorza: borrachera.
[6] Illo: Chiquillo.
[7] Estirada y fina.

11 comentarios:

  1. Me encanta este comienzo. Y el glosario es una excelente idea. Te auguro lo mejor en esta novela, me encantan las protagonistas fuertes. Beso grande y éxitos

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    1. Gracias Mariel, y si el glosario era necesario porque no podían faltar palabras andaluzas y es importante que el que lea lo entienda. Besos y gracias amiga.

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  2. Muy bueno Elizabeth. Tiene mucha fuerza la protagonista. Me encanta la redención que se empieza a tejer en ella a partir de ese desengano amoroso. Creo que le da mucha fuerza al personaje femenino. Sugiero seguir incorporando palabras andaluzas y seguir describiendo los escenarios de lo que promete ser una excelente novela, que espero comprar ansiosa.

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    1. ¿Quién eres? Muchas gracias por tus palabras y sí, habrá muchas palabras andaluzas en la historia :)

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  3. Muy bueno!! Me encantan las mujeres de "armas tomar" y esta, la que has creado, creo que será una excelente muestra de ellas. Aunque no se por qué, creo que esa coraza que recubre su corazón, caerá ante el hombre de su vida, el que tú tienes preparado para ella en tu genial cabecita. Abrazo amiga...Éxitos!!!

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    1. Amiga, gracias... y sí, mi Mario romperá esa coraza, pero lo suyo le costará.
      Besos

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  4. Genial "mi arrrmaa" ......gran presentación de Pilar Merchán, así que aquí nos dejas listas y preparadas para leer todo lo que tus personajes te cuenten....por mi parte esperando que llegue "mi irreverente" y sea quien haga llorar a Pilar ....llorar pero de amor...ainsssssssssssssssss

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    1. Ainsssss gracias mi Pilar, yo espero que la historia os enamore a todos y que tu irreverente no te decepcione jajajajaja porque el también meterá la pata algunas veces... ainsss las cosas que hace el amor con las personas. :P

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  5. Me gusto Elizabeth..!!!! Ya quiero leer el 1º capítulo...besos.-

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    1. Gracias Ines, espero que te enganche y poder contar con tus opiniones :D

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  6. Muy bueno Elizabeth, me va a gustar esta protagonista. Estoy deseando saber quien va a derretir esa coraza que ha creado :-P

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