Como en casa

Mi blog vio la luz, el día 18 de octubre de 2012... Y vuelve a renacer hoy 13 de febrero de 2023. Espero que cuando me visiten se sientan como en casa, con la confianza de opinar sobre cualquier post, artículo o reseña. Se aceptan comentarios, correcciones y críticas siempre que sean escritas con educación, espero alimentarme de ustedes y viceversa. Creo en el continuo aprendizaje... aprendamos juntos.

jueves, 25 de diciembre de 2014

NOCHEBUENA DE LOS HERMANOS ALCALÁ - RELATO INÉDITO


24 de diciembre de 1995, 12:30 de la mañana…

Como todos los años la familia Alcalá Bernardí celebraba la cena en la casa de sus padres. Se reunían todos para festejar la alegría de estar juntos, sanos y felices. Disfrutaban mucho con la ilusión de los más pequeños. Y siempre, alguno de los tres Alcalá se disfrazaba de Papá Noel.
—Bueno a ver fratelli, ¿quién de los tres pringa esta noche? —preguntó Mario.
Estaban tomando una cerveza en el bar de siempre para reponerse de su salida de última hora, como era costumbre, para comprar regalos. Los tres se miraron unos a otros con cara de: a mí no.
—Pues como lo has preguntado tú, te toca por bocazas —contestó Paolo riendo.
—¡De eso nada! A mí ya me tocó el año pasado por culpa de Sabi.
—Yo creo que deberías ser tú, Paolo. Eres el que menos veces lo ha hecho —replicó Bruno.
—Estoy de acuerdo con Bruno, este año te toca a ti.
—A mi no me apetece nada… joder con la tradición que se le ocurrió a Sabi, siempre nos lía la muy bruja. —Enfurruñado le dio un sorbo a su cerveza, no quería vestirse de papá Noel, no tenía ánimos de fiesta—. Creo que lo más justo es echarlo a suertes —propuso.
—Muy listo, así tienes las mismas posibilidades que nosotros de no pringar. No me gusta nada esa idea —refunfuño Mario que ya se veía otra vez metido en ese traje.
—A ver, dejemos de comportarnos como críos y decidamos quién será el que reparta los regalos. No tengo ganas de lidiar con Sabi cuando llegue a preguntarnos —concluyó Bruno un poco aburrido del tema.
Todos los años era igual, siempre les tocaba la misma pelea sobre quién se vestiría de Papá Noel, y es que esa tradición existía desde mucho antes de que naciera ninguno de los pequeños de la familia. Fue de esas brillantes ideas que tuvo Sabrina, como resultado de esas vacaciones en familia, que disfrutaron todos en la ciudad de Nueva York, hacía ya algunos años; la pequeña Alcalá volvió tan fascinada con los regalos de Nochebuena y Papá Noel, que al siguiente año insistió en repartir no solo en Reyes, si no también en Navidad. Proponiendo así la idea de que cada año uno de sus hermanos se vistiera de Papá Noel.
—Sabes a quien tienes que agradecer…
—No me lo recuerdes, Mario —contestó Paolo.
Los tres se quedaron callados y terminaron de beberse la cerveza, sabían que no les quedaba mucho tiempo para decidir, puesto que Sabrina llegaría en cualquier momento y les había amenazado con elegir ella.
—¿Queréis otra ronda? —preguntó Paolo.
—Si —respondieron Mario y Bruno. Paolo fue a por las cervezas.
Cuando se quedaron solos planificaron como lograr que su hermano eligiera el palo más corto. Bruno que era un genio de los trucos de magia, sería el encargado de preparar la trampa. Estaban convencidos de que le vendría bien ser quien repartiera los regalos; al menos, no se encerraría dentro de su pena al recordar la falta de su esposa.
Paolo llegó con los tres botellines, los dejó sobre la mesa y se sentó. Miró a sus hermanos y pensó que estaban demasiado callados.
—¿Pasa algo?
—Paolo, hemos pensado que haremos lo que propusiste, echarlo a suertes —explicó Bruno.
—¿Cómo lo hacemos?
—Con palillos de dientes, cortamos uno y el que saque el más corto pringa —dijo Bruno.
—Vale.
Fratello, en la mesa que está detrás de ti hay un tarro con palillos —indicó Mario.
Paolo se giró y lo cogió, miró a sus hermanos y decidió que se fiaba de Bruno; con Mario podía pasar cualquier cosa. Le tendió el tarro y Bruno sacó tres palillos que colocó sobre la mesa, a uno de ellos le cortó un trozo y a continuación los cogió y encerró dentro de su puño derecho; Mario fue a buscar una mano inocente, o sea, a una camarera para que sujetara los palillos dejando solo ver las puntas.
Se los dieron a la chica, que se giró dando la espalda y los colocó estratégicamente. Ella no dejaba de reír por lo divertida que le parecía todo la situación. Se colocó frente a los tres y le tendió la mano a Paolo para que fuera el primero.
—¿Por qué yo?
—Porque eres el mayor, y no empieces que esto fue idea tuya —protestó Mario.
Paolo los miró y luego miró la mano extendida frente a él. No estaba muy seguro de cual sacar, no tenía ganas de disfrazarse y poner cara de felicidad. Inspiró y cogió el del medio; al verlo se quedó ensimismado mirando ese pequeño trocito de madera entre sus dedos. Sus hermanos se lo quedaron mirando muy serios aunque sus ojos brillaban divertidos.
La camarera se despidió con una sonrisa y cuando ya se marchaba, Paolo la detuvo.
—Perdona, me puedes enseñar los otros dos palillos.
—Si claro —dijo muy confiada mientras metía su mano en el bolsillo de su mandil—. Aquí los tienes. —Colocó dos hermosos y completos palillos de dientes sobre la mesa, luego se giró y guiñó un ojo a Mario.
—Bueno, ya tenemos Papá Noel para este año —concluyo Mario con una sonrisa muy satisfecha.
Paolo los miró con mala cara, estaba seguro de que habían hecho trampas, cómo, no lo sabía, pero seguro que algo hicieron.
—Hola, chicos ¿Ya elegisteis quién se viste de Papá Noel? —preguntó Sabrina que acababa de llegar junto a ellos.
—Sí, este año le toca a Paolo —contestó Mario.
—Ah, ahora comprendo ese careto que tiene —afirmó riendo.
El resto de los Alcalá, menos Paolo, empezaron a reír al comprobar la cara de circunstancias que tenía el mayor de los hermanos.
—Quiero una cerveza, estoy seca.
Mario le hizo señas a la misma camarera para que trajera otra cerveza. Cuando la dejó en la mesa la chica miró a Paolo con una sonrisa y le dijo:
—Tengo un regalito para ti de parte de tus hermanos. —Colocó sobre la mesa dos palillos igual de cortos que el otro—. Feliz Navidad, Papá Noel.
Todos empezaron a reír al observar la cara de tonto que se le había quedado mirando los palillos.
—¡Lo sabía, lo sabía! Sois lo peor..., ¡hay que repetir! —exigió
—De eso nada, te toco a ti y punto. Eso te pasa por fiarte de ellos —dijo aún riendo Sabrina—. Además vas a ser un Papá Noel muy guapo.
—Esto no se quedará así, me lo cobraré, tarde o temprano me lo cobraré —sentenció mirando a sus hermanos—. Ahora me voy, que paguen los tramposos. —Se levantó y los dejos aún desternillándose de risa.
—Bruno eres muy bueno, ni yo me di cuenta cuando cambiaste los dos palillos grandes por los pequeños —comentó Mario entre risas.
—Es un arte, a mis hijos los entretengo horas con mis trucos.
—Pues, hermanito, como eres tan bueno… esta Nochebuena serás el encargado de divertir a la familia con tus trucos —afirmó Sabrina.
—¡No, no y no! —protestó indignado.
—Sí, porque si no lo haces, serás el Papá Noel por tramposo. —Lo miró fijamente a los ojos.
—Esta bien —aceptó de mala manera.
—Menos mal que no tengo ninguna habilidad —dijo Mario volviendo a reír.
—Tranquilo, hermano, que este año pringáis todos —sentenció.
—¡¡Qué!! —gritó levantándose.
—Este año serás un elfo que vendrá a ayudar a Papá Noel —explicó Sabrina tendiéndole una bolsa con el traje.
—¡Me niego! Además de dónde has sacado ese traje, aquí no existen.
—Lo mandé a hacer; seguro que poco a poco inicio una moda en España. —Sonrió mirando a su hermano—. Por otra parte, no querrás ser el único que se disfrace ¿Verdad?; porque eso será lo que ocurra si le cuento a la mamma lo tramposo que eres.
—Eres un demonio, hermanita. —Cogió la bolsa de mala manera y la miró de frente—. Ahora me voy… y por todo esto la que va a pagar la cuenta eres tú.
Se giró y se fue cargando con el puñetero disfraz; Bruno se reía hasta las lágrimas, pensaba que a él le había tocado el menor de los males.
—Yo que tú no me reiría tanto.
—¿Por qué? —preguntó intentando recuperarse.
—Porque vas a hacer de Juan Tamariz (1), aquí tienes tu disfraz. —Le tendió una bolsa por la que se podían ver algunos cabellos largos y grises de una peluca.
Bruno la miró y luego a la bolsa como si fuera una serpiente. La cogió y sacó la peluca larga, un bombín morado, unas gafas y un chaleco negro; volvió a mirar a su hermana sin pizca de diversión en su cara.
—Eres… eres…
—Soy la mejor; así dejarán de hacer el idiota cada vez que uno de vosotros tenga que vestirse de Papá Noel. A partir de ahora los tres pringareis.
—Seré el hazmerreír de todos
—Estarás genial, hala, vete a preparar tus trucos, mago.
Bruno se marchó malhumorado, no le apetecía para nada disfrazarse, para nada. Sabrina se tomó la cerveza muy satisfecha, pagó la cuenta y recogiendo sus bolsas se fue a terminar de comprar. Esa sería una Nochebuena muy divertida.


25 de diciembre, 1:30 de la madrugada…
Paolo estaba sentado con su enorme barriga de Papá Noel mirando a sus hermanos y disfrutando de sus caras. Había sido la mejor Navidad desde hacía mucho tiempo. Al final él fue el más agraciado con su traje.
—Creo que ya te has reído lo suficiente de los dos —comentó Mario metido en su traje verde de elfo.
—Lo mismo digo —respondió Bruno quitándose la peluca que ya le picaba.
—Para nada, esta ha sido la mejor Navidad… los dos estáis…
—¿Estamos qué? —Se levantó cabreado Mario.
—Ridículos.
Se miraron unos a otros y luego se miraron así mismos estallando a continuación en carcajadas. El resto de la familia los veía desde lejos y sonreía.
Figlia, fue una idea maravillosa; el mejor regalo de Navidad que nos podías haber dado a papá y a mí, ver la sonrisa brillar en los ojos de Paolo… ahora solo falta que el nuevo año le traiga de nuevo el amor.
—Yo creo que así será, mamma, todos lo hemos pedido con fuerza y por eso tiene que concederse —afirmó Sabrina.
Se levantó y cogió la cámara de fotos, se acercó a sus hermanos y gritó:
—¡Sonrían!
Los tres se giraron y gritaron sonriendo a la cámara.
—¡Feliz Navidad!
Y así fue como ese día quedó inmortalizado para siempre, como el día en el que Paolo volvió a sonreír.






¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!

(1) Juan Tamariz: famoso mago humorista español. Si quieren conocer más sobre él les dejo este enlace... y está foto

JUAN TAMARIZ






8 comentarios:

  1. ahhhhhhhhh me encantó este mini relato ...en realidad cualquier cosa sobre los Alcalá me encanta leerla.....y yo quiero un truco de "magia" de ese atractivo mago Bruno Tamariz jajajajja bssssssssssss

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  2. Ohhhh los es haba de menos que ganas de leer mas y mas de ellos!!
    Son buenísimos los fratellos me encantan

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  3. una risa tras de otra y el deseo de la felicidad pronta para Paolo. Pobrecitooooooo que pare de sufrir!!!!!! Me encanto Ely, que ya sea 29 por favooooooooorrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr

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  4. Me encanta! Mucho humor, y mucha expectativa generada para lo que vendrá! Esperando con ansias!

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  5. Ohhhhh, está genial!!!! Me encantó!!!! Ya esperando a que llegue el 29... #modoansiosa ¡quiero a Paolo completito! Gracias Eli por el regalo de navidad!!!!

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  6. Me ha encantado este trocito de la historia y es apto para todos los públicos, jajajaja
    Me he quedado con ganas de más!!!

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  7. Me ha encantado Ely... Ya el 29 voy a por el si tu estas nerviosa yo estoy en #MpdpDesesperada quiero tener a Paolo en mis manos 😚 Muchísimas gracias por este gran regalo amiga 👏

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  8. Un relato super divertido ¡Me a encantado! deseando leer la historia entera, deseando que llegue el 29 para hacerme con ella, te deseo mucha suerte aunque no la mereces y gracias por este relato tan gracioso muuuuaaak

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